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MIENTRAS caminaba hacia la salida el bullicio matutino comenzó a molestarlo, lamentablemente debía de esperar hasta que el auto llegara por él.
—¡Prepárate para mañana, Sasuke!—Naruto sonrió y se marchó
El equipo, su asunto con el club era algo molesto, no era como si le apasionara el basketball, pero sentía que los demás le daban una relevancia estúpidamente grande, a tal punto de hablarle de eso cada que veían la oportunidad.
Resignado se escondió bajo el mismo árbol de siempre, en busca de refugio ante los rayos del sol, y para alejarse de la multitud.
Escuchó a dos aves a su izquierda, giro por inercia y los vio, parecían estarse comunicando, pero antes de darle mucha importancia sus ojos miraron a la salida del colegio.
Allí se encontraban un grupo de chicas, sus compañeras.
Vió a Sakura, a ella la conocía desde niño, a Ino nunca le había prestado atención, y por último, vio a la chica que estaba en el medio.
Hinata, la chica que le había causado demasiada curiosidad, aunque, al verla recordó cuando la había visto en el descanso del día anterior.
Parecía llevarse muy bien con el Hyuga que estaba en su equipo, nunca los había visto juntos, hasta ese día, le parecía algo raro ya que la perecer por lo que había visto, parecía como si llevarán una relación de vários años.
El ruido del auto lo hizo sobresaltar.
Rápidamente abrió la puerta de copiloto y entró.
—¿Qué tal tu día, hermanito? —Itachi saludo con una sonrisa
—Bien. —Respondió
...
—¡Supe que era mentira! —Exclame—. No hay manera de que no te hayan felicitado por tu proyecto, fue el más lindo que había visto, Niisan. —Sonrei
—Gracias, creo que eso me ayudará para el próximo mes.
—Oh, bienvenidos. —Natsu salió de la cocina—. En cuanto estén listos la comida estará servida. —Sonrió
Ambos asentimos y nos dirigimos a nuestras habitaciones. Neji había comenzado a vivir con nosotros hace unos años, fue mejor desde entonces.
Papá solía llegar a la hora de la cena, su ausencia no era muy palpable, era algo a lo que me había acostumbrado.
Cuando terminé de cambiarme, Ino y Sakura me habían llamado.
—¡Holaaa! ¡¿A qué no saben lo que me acaba de pasar?! —Ino dijo alegre, sabía que estaba dando saltitos sobre su cama
