✿︎ HC para gen. fem ✿︎

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Graves es una persona distante al inicio, nunca da su confianza total. Para tu sorpresa era tu pareja, ¿Cómo? Ni tu lo sabias, era gracioso porque sea de la forma que se hayan conocido, te hacía sentir como un amigo más eso hasta que se dio cuenta de sus sentimientos, pero tampoco era el más amoroso del mundo aunque siempre hay una primera vez.

Una semana tuvo que salir por una misión, tú estabas en tu casa, pero el universo no estaba de tu lado esos días, agradeciste en parte por tener el periodo pero como dolía...
Estabas acostada en tu cama tratando de aguantar las pequeñas punzadas en tu vientre cuando escuchaste que se abrió la puerta principal, te asustaste al principio pero no querías levantarte.
A los minutos escuchaste pisadas y lograste descifrar quien era, Graves abrió lentamente la puerta de tu habitación, suspiró aliviado al verte ahí.

- ¿Eres un vampiro? - dijo bromeando encendiendo las luces de la habitación, al ver que no hubo respuesta se acercó a ti intentando depositar un beso pero quitaste la cabeza, sentías que podías incomodarlo pero esto solo le molesto. - ¿En serio? Siempre te quejas de que nunca demuestro afecto real y cuando intento tú-

Detuvo su oración al ver tus manos en tu vientre, comprendió entonces que era lo que sucedía y solo suspiro, se sentó en la cama mirando al suelo.

- ¿Ya tomaste algo?

Que pregunta tan más tonta, por supuesto que lo habías hecho pero no era suficiente, asentiste con la cabeza.
Algo que él no comprendía eran los cambios de humor, a veces le molestaba el hecho de que te enojaras por poca cosa sin embargo no lo recriminaba, trataba de tener paciencia.

Sus pensamientos se interrumpieron al ver como te retorciste un poco, se espanto y salió por su teléfono intentado llamar a algún doctor, pero lo detuviste.

- ¿Qué hago entonces? - era irónico que supiera mandar un ejército pero no supiera nada de la vida, aunque era comprensible, paso la mayor parte de su vida en esos ambientes entonces no lo culpabas.

Él se acostó enfrente de ti, con su mano tomo tu cintura y te pego más a él, se quito los guantes y coloco sus manos dentro de tu sudadera y con cuidado las coloco abajo de las tuyas, sin duda tenía manos tan calidas.

Esto hizo que el dolor no se sintiera más y lograste consiliar el sueño, le sorprendió demasiado, ¿Tan fácil era hacer un bien? Sonrió alegre al ver lo linda que te vías dormida, acomodo unos mechones de cabello detrás de tu oreja y se levantó de tu cama; tomo su teléfono y comenzó a investigar sobre cosas para ayudarte en estos días. Había que admitir que Graves podría ser cabeza hueca a veces pero hacía su mejor esfuerzo.

Con el tiempo se fue acostumbrando a esta parte, compraba chocolates, papas, dulces para cuando no querías salir de casa o te sentías desanimada.
Una vez cuando fuiste a su casa y te pidió sacar algunas cosas de la vitrina, en uno de los cajones encontraste más dulces, paquetes de pastillas para el dolor, etc. Te sentiste conmovida y agradecida, este sentimiento incremento al ver una compresa térmica en forma de oso, sin duda algo tierno de su parte.

Cuando ocurrían esos molestos "accidentes" el hacía todo lo posible para que no te sintieras avergonzada, era la persona más calmada y paciente. Aunque también bromista.

- ¿Está es tu forma de marcar territorio? Algo diferente, me gusta. - decía para después darte un beso en la mejilla.

Y ni se diga cuando sentías que las hormonas te matarían, si tu te sentías cómoda haciéndolo, a él no le iba importar mancharse.

- Sabes... Leí que tener sex* ayuda con los cólicos, ¿lo intentamos? - dijo una vez de la nada antes de la cena.

- Ya he visto demasiada sangre como para asustarme con algo como esto, no será un problema para mí. - hablo cuando te negaste parando sus intenciones aquella madrugada cuando sus cuerpos pedían más calor que el de las sábanas.

Phillip Graves/ headcanons y one shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora