Novia Fea? ♧ Winrina G!P

♧13🔥

Karina retiró sus dedos de la cabidad bucal ajena, dirigió sus empapados dedos a la entrada de la castaña, no sin antes combinarla con la suya; y prosiguió a acariciarla gentilmente; suficiente para que Minjeong moviera sus caderas hacia atrás en busca de más contacto de aquellos largos dedos.

 La menor introdujo lentamente un dedo en la entrada de Minjeong, esta gimió de forma inmediata al sentir aquella intromisión, moviéndola en forma de círculo; Karina se concentró en ver, como Minjeong se retorcía con sus toques, solo con uno de sus dedos y su bella esposa era un mar de gemidos. Realmente le gustaba, a su polla le fascinaba ya que con los maravillosos sonidos obscenos que la mayor hacía sentía corrientes eléctricas por todo su gran miembro.

Una vez que la menor notó a la chica lo suficiente mojada retiro sus dedos de la virgen entrada de esta. La castaña soltó un suspiro.

El pene de Karina se acercó a la vagina rosa de Minjeong , Karina tomó su miembro para introducirlo dentro de su chica. Minjeong cerró los ojos y gimió cuando la longitud de su esposa se sumergía lentamente en su cálida entrada y se expandía dándole paso; era como si ese "gran pedazo de carne" nunca acabara de entrar en ella, pero así lo disfrutaba por que se sentía bien tener el largo y grueso pene de su esposa por primera vez.

Cuando ya estuvo completamente dentro de la mayor, la rubia se dedicó a escuchar los sonidos de dolor y excitación de esta.

Empezó con un par de embestidas no tan fuertes, ya que no quería hacerle daño en su primera vez, de ambas, solo esperaba la anhelada reacción del cuerpo Minjeong al pedirle por más. En cuanto Minjeong, estaba impaciente cuando sintió, que la rubia aún seguía con aquel torturador ritmo lento, ella necesitaba más.

----R-Ri-Rina.-- La castaña no podía articular bien las palabras, la oración recién dicha sonó como un quejido-- ¿Puedes ir mas rápido..?¿Por favor?

Karina rió por la desesperación de Minjeong, beso los cabellos de su nuca y comenzó con embestidas lentas, pero profundas.

Ambas lo disfrutaban; demasiado.

-¡Karina! --gimió cuando la rubia comenzó a masturbarla, haciendo movimientos circulares algo acelerada, pero que lograron alucinar a la mas baja.

Justo como lo había pedido, ahora se movía no tan frenética, pero si más que antes, convirtiendo a Minjeong en un mar de gemidos. La mayor chillo descaradamente, mientras Karina se deleitaba con la hermosa canción que salía de los labios de Minjeong.

--Tan delicioso ----susurró Karina cerca del oído de la castaña.

--R-Rina.--- La castaña habló.

La más alta quien estaba disfrutando en como la vagina de su esposa se tragaba su polla, contestó con un simple: -Hmm..

-- Aún eres mi bebé, ¿lo sabias? --soltó una pequeña risita, Minjeong quería a toda costa provocar a la menor y que dejara salir a flote lo ruda que podría ser su pareja en la cama.

Karina al escuchar lo dicho por su compañera, tomó de forma posesiva la pequeña cintura de Minjeong para hacer las embestidas más rápidas, duras y profundas, queria demostrarle que no era una niña y que podia satisfacerla. 

La mayor al sentir la rapidez de las embestidas ya estuvo satisfecha, su pequeño plan había funcionado.

Estaba tan absorta en el placer que le dedicaba Karina, se corrió en la mano de la rubia gimiendo su nombre en voz a alta.

Mientras que la otra sonreía de forma ladina al demostrarle que no era una niñita, continuó con las duras embestidas, agobiando del todo a la mayor.

Karina dio una ultima embestida eyaculando en el interior de Minjeong, las piernas de la mayor no aguantaron más y ambas cayeron, con Karina encima de Minjeong.

La menor se hizo a un lado rápidamente, no quería aplastarla, atrajo el pequeño cuerpo hacia su pecho mientras que Minjeong se acurrucaba en ella besando sus labios con ternura, unas pequeñas manos se posaron suavemente en sus mejillas, Minjeong profundizó el beso, en tanto las manos de Karina recorrían toda la piel de la espalda de su esposa hasta llegar a su trasero y darle y ligero apretón.

- Te amo - Karina rompió el beso, susurrándole al oído de su chica cosas bonitas.

-Yo también.-

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Irene estaba completamente enfadada, estuvo esperando a la pareja desde hace horas, el restaurante tenía que cerrar, nunca más les volvería a reservar mesas.

Ni le convencería los lindos pucheritos de su amiga Minjeong y menos la mirada profunda de Karina, que aunque parezca ruda, era toda una masita.

Se levantó de los asientos y se marcho del lugar.