𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 1

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𝗼𝘁𝗶𝘀

... 🎀...

Un año después

Estaba trepando de nuevo por la maldita encimera de la cocina.

Era temprano en la mañana y el sol apenas había salido cuando entré a la cocina y vi a Genesis tratando de alcanzar el armario donde guardaba nuestros platos.

Suspiré y me acerqué a ella, la levanté y la tiré sobre mi hombro.

-¿Qué te dije acerca de subir a la encimera, Genesis?

Ella chilló y golpeó las palmas de sus manos contra mi espalda, pateándola con los pies.

Genesis todavía era pequeña, y después de un año de vivir conmigo, todavía no se había abierto de la forma en que me gustaría.

Todavía no había comenzado el jardín de infancia y no tenía muchos niños con los que jugar en nuestro vecindario, lo que le dificultaba comunicarse con extraños.

No es que caminara por la ciudad a los cuatro años y hablara con personas al azar, pero cada vez que la llevaba a comer algo en un restaurante, se escondía detrás de mí y se sentaba allí en silencio.

Necesitaba hacer algo al respecto.

-Es peligroso. ¿Qué pasa si te caes y te golpeas la cabeza? No quiero
que te lastimes, ¿entiendes? -Mantuve mi voz tranquila.

No había ninguna razón para que yo hiciera ruido o le gritara.

Todavía era una niña.

Todavía estaba aprendiendo.

La dejé en el sofá y tomé el control remoto de la mesa de café, luego encendí la televisión y puse uno de los canales de niños favoritos.

-Te traeré el desayuno.

Genesis era una niña dulce, y con cada día que pasaba, comenzaba a parecerse cada vez menos a su madre.

Me hizo preguntarme quién era su padre.

Su madre no podía decirme quién era, pero está bien porque me tenía ahora.

Tenía los labios entreabiertos y sus grandes ojos me miraron, todavía somnolientos.

-¿Estás bien? ¿Dormiste bien? -Pregunté.

Ella siguió mirándome sin decir una palabra, pero al menos asintió.

-Bien. Quédate aquí.

Regresé a la cocina y agarré nuestros tazones, luego los llené de leche. Su cereal favorito era el que tenía canela, agarré la caja y la coloqué debajo de mi brazo para llevar todo a la mesa de café.

-Aquí tienes -Le dije, dándole el tazón.
Lo llené con el cereal, luego hice lo mismo con el mío.

-¿Cómo te sientes hoy, chica?
Le hacía esa pregunta todas las mañanas.
Por lo general, respondía con palabras simples, pero a veces, tenía suerte y decía una oración completa.

Hoy no ha sido uno de esos días de suerte.

-Feliz -dijo, con la boca llena.

-¿Algo que quieras hacer hoy?
Me gustaba darle un poco de libertad para decidir qué quería hacer los fines de semana.

Trabajaba a tiempo completo en ventas y la llevaba conmigo todos los días.

La empresa para la que trabajo tuvo la amabilidad de instalar una pequeña oficina solo para mí y Genesis, donde yo podía trabajar y ella podía jugar todo el día.

genesis +21 (Padre Y Hija) EN PAUSA Where stories live. Discover now