Donde Aria está entre la espada y la pared al conocer a cierto vampiro de ojos azules.
O
Donde Damon queda encantado de la rubia perfecta hermana de su nueva presa.
{THE VAMPIRE DIARIES S1-8}
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Aria caminaba con elegancia por los pasillos del instituto. Todos la miraban como si fuera alguien a quien adorar, lo que hacía que ella riera por lo patéticos que solían parecer.
—El lavado de coches va a ser mañana —decía mientras entregaba panfletos a los estudiantes y hablaba con su hermana y su amiga—. El equipo de fútbol y la banda se han apuntado. —Elena miró a Aria y le sonrió; Aria le devolvió la sonrisa—. Bueno, no toda la banda, solo las que valen la pena. Quiero que se vean sexy. —Aria sonrió imaginándolo—. Es para recaudar fondos, ¿lo saben, verdad? —Le entregó los panfletos a su hermana—. Continúa, entrégalos a todos, ¿sí? —Caroline asintió y Aria se acercó a Elena y Bonnie.
—¿Cómo está ella? —preguntó Elena, refiriéndose a Caroline.
—¿Sobre el asunto de Damon? —ambas chicas asintieron—. Faceta de negación. De verdad no entiendo cómo es que dice que Damon la atacó. Realmente no entiendo cómo sucedió todo esto. —Aria no entendía cómo Damon había mordido o golpeado a su hermana; Caroline estaba todavía confusa respecto a ese tema y no podía pensar con claridad.
—Hola —apareció Stefan y Elena lo miró desconcertada.
Aria y Bonnie se miraron y entendieron que debían dejar a la pareja.
—Nosotras nos vamos, asuntos de chicas que resolver —Aria sonrió y le guiñó un ojo a Stefan, quien le agradeció con los labios.
—Todo esto es tan raro —susurró Bonnie, y Aria la miró desconcertada.
—¿Qué sucede, Bon? —Aria se detuvo, preocupada por su mejor amiga.
—Esto de Damon, las mordidas a tu hermana, y mi abuela diciendo que soy bruja... creo que me volveré loca. —Aria rió.
—Pero tú no eres bruja, Bon. —Bonnie hizo una mueca—. ¿Qué no me has contado, Bon?
—En la fiesta de los fundadores, entré al comedor y todas las velas estaban apagadas, pero de repente, solo lo pensé y todas se prendieron por arte de magia. —Aria la miró preocupada.
—¿Me estás diciendo que prendiste un montón de velas porque así lo pensó tu mente? —Bonnie asintió, asustada—. Bon... —Aria la abrazó, entendiendo que su amiga estaba asustada.
