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—¡Alto o disparo! —Amenazó Junior, llevó su rifle a la altura del pecho y apuntó, los demás soldados le secundaron

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—¡Alto o disparo! —Amenazó Junior, llevó su rifle a la altura del pecho y apuntó, los demás soldados le secundaron.

Los muertos seguían su andar hacia ellos. Ahora estaban enfocados en un nuevo objetivo, aquellos hombres vestidos de negro con boinas rojas eran su nueva presa, una que tenían a su alcance.

—¡No me obliguen a disparar! —Amenazó nuevamente.

Ahora que se acercaban pudo observar que el primero de la masa llevaba un uniforme verde olivo, estaba manchado y hecho jirones en la región del abdomen. Bajo de este, aunque no era perceptible por el líder del escuadrón, una fea herida dejaba ver el contenido visceral del zombi.

Los ojos de ambos hicieron contacto, Junior presenció el rostro de la muerte en los nacarados ojos del zombi. No expresaban sentimientos, solo un vacío que era cada vez más hondo en ellos.

Accionó el gatillo y el disparo se hizo sentir por encima de los alaridos infernales de los muertos. Impactó en el pecho del zombi haciéndolo caer al suelo. Los soldados del escuadrón quedaron sorprendidos al ver que los que le secundaban siguieron avanzando como si nada, a pesar de que habían logrado abatir al primero. La mayor sorpresa fue cuando el que hasta hacía unos segundos había caído, se levantó y siguió su avance hacia ellos como si nada hubiera pasado.

—¿Qué mierda es eso? —Preguntó Junior más confundido que sorprendido.

—¡Ni siquiera se asustaron! —Recalcó Tobías.

—¡Se acaba de levantar, el hijo de su puta madre está vivo! —Informó Jesús, todos quedaron aterrorizados por lo que estaba sucediendo enfrente de ellos.

—¡Fuego a discreción! —Ordenó Junior recordando a la perfección las órdenes de su superior.

Todos los soldados comenzaron a disparar, el Teniente fue el único que no hizo. Él, tomó su boquitoqui para informar de la situación.

—¡Coronel Alfonso! ¡Coronel Alfonso! —Su voz denotaba, por primera vez en su vida, un hilo de miedo ante la situación.

—¿Qué sucede Teniente Junior? ¿Por qué disparan? ¿Cuál es la situación del pueblo? —Inquirió el coronel al otro lado de la radio.

—La situación no sabría explicarla. —Miraba como cada persona que era impactada por un proyectil era sacudida pero no lograba detenerse—. Los disparos a las personas no las matan.

—¿Cómo así? —Cuestionó confuso Alfonso.

—Necesitamos refuerzos, nos están acorralando mi Capitán. —Fueron las últimas palabras que tuvieron lugar entre ambos, tuvo que soltar el boquitoqui para ponerse a disparar.

Los disparos sonaban como tambores en el medio de la calle, estaban haciendo un buen barullo en el pueblo. Con esto, empezaban a llamar la atención de los muertos de los alrededores. Por más que disparaban a partes vitales como el corazón, el hígado o los pulmones, no lograban frenar su avance.

Macrófago vitae: Infección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora