缘份; yuánfèn

Capítulo 41

Esa noche durmieron en casa de Jungwoo, lo hicieron abrazados por el frio tan intenso que hacía en el lugar pues estaba tan retirada y mucho más al interior del bosque.

Su reloj biológico hace despertar a Jaemin, a tientas busca tener contacto con la cálida piel de Jeno, sin en embargo se encuentra con las sábanas frías de la cama donde yace.

No quiere pensar demás así que se estira y se toma su tiempo para levantarse de la cama.

Todo está silencioso y calmo, algo que para cualquiera sería normal al ser tan temprano, pero Jaemin sabe que hay algo mal.

Se levanta. No pierde tiempo, sale de la habitación donde está.

–¿Jeno? –

Mira al final del pasillo y lo primero que ve es una silueta oscura. Se le revuelven las entrañas y le da un escalofrió al verla.

Su subconsciente le dice que regrese a la habitación y permanezca ahí hasta que Jeno aparezca, pero su cuerpo actúa por si solo, a paso decidido se aproxima a esa silueta.

Le parece que con cada paso que da el pasillo se vuelve más largo.

Frustrado de parecer que no avanza se detiene, soba sus sienes y cierra por un momento muy corto los ojos.

Cuando vuelve a abrirlos se encuentra frente la entrada a un laberinto.

Con un poco de temor entra, recorre varios metros sin ver nada más que muros que generan un camino.

Al doblar en una de las esquinas a varios pasos frente a él ve a alguien que no conoce, se pone a la defensiva al ver los ojos completamente negros de ese ser.

–Hagamos un trato, humano– dice como si nada ese demonio –Tu alma a cambio de lo que quieras– sonríe perversamente dando por sentado que recibira una respuesta afirmativa

–No– responde secamente

Da media vuelta dispuesto a regresar por donde llego ahí.

–Puedo deshacerme de Haechan en un parpadeo– argumenta el demonio

Esa propuesta seria bastante tentadora para el rubio si tan solo lo considerara, no niega que no soporta a Haechan, pero borrarlo del mapa no es algo en lo que haya pensado.

–No– vuelve a negarse

Respira profundo, alterarse solo hará que ese demonio se regocije al notar que puede alterarlo con sus palabras.

Debería estar caminando, no lo hace, se ha congelado al sentir la respiración del otro en su nuca.

–¿Seguro? – cuestiona burlón –Todos los sobrenaturales fingen aceptarte para que Jeno no se aleje, pero en un descuido alguno de ellos te va a hacer daño o inventaran que intentaste hacer algo en su contra para separarte de él–

Ese es uno de sus miedos y disgustos, que en algún punto sea su palabra contra la de todos los sobrenaturales, sin embargo, se repite una y otra vez que Jeno no dudaría de él o por lo menos le daría el beneficio de la duda.

–Ese será mi problema–

Se gira para enfrentar al demonio y solo se encuentra con una nube de humo negro que se va dispersando poco a poco para dejar ver un espejo de cuerpo completo.

–¿Sabías que Jeno aún se excita con la idea de poder tener a Haechan entre sus brazos?

–No es cierto– susurra intentando por todos los medios no quebrarse y explotar

Agacha la mirada, se reúsa a mirar el espejo, pero el demonio entra en su mente, genera una ilusión donde Jeno esta con Haechan muy feliz y amoroso.

–Sal de mi cabeza– muerde las palabras