Solo tu y yo

Una persona a la vez (1/2)

Clarise:

Habíamos conseguido que me dieran una nueva oportunidad para presentar los exámenes que no había hecho, así como el que hice el día después de David, los profesores fueron muy comprensivos con la situación aún sin saber el motivo real, decían que yo era una muy buena alumna y se los había demostrado, así que me esmere realmente para cumplir con sus expectativas.

El proyecto había salido muy bien, a Sebastian y a mi nos había ido de maravilla y habíamos comenzado a reunirnos entre clases o después de ellas, algunas veces en casa con Edwin y otras con su hermana, aún evitaba reunirnos a solas pues yo sabía sus intenciones, pero me agradaba su compañía.

Habían pasado ya casi 2 meses desde que tuve mi primer terapia presencial y por fin habíamos empezado a tener solo 1 sesión a la semana, claro, algunas veces tenía momentos difíciles pero siempre podía llamar a la doctora y ella me ayudaría.

Esta noche llegaba Benjamin, había acabado antes su curso y como prometió vino directamente a verme, se quedaría con Edwin y conmigo, me negaba a quedarnos en la casa, aún era algo que noe staba lista para enfrentar, el volver a ese lugar, donde todo había pasado me resultaba difícil.

Pero sí estaba lista para hablar de esto con mi hermano, una persona la vez, habíamos dicho en terapia, él era algo así como mi mellizo, crecimos a la par, siendo parte del otro, él sabía que algo había ocurrido, pero no sabía qué, y no podía seguir ocultandolo.

—Traje lo que me pediste para preparar la cena— Edwin atravesó la puerta y se veía muy apuesto.

Llevaba un traje negro y una corbata color vino, el cabello bien arreglado y se había rasurado la barba, lo cual acentuaba sus rasgos, lo hacía verde un poco mayor, extraño, comúnmente tener barba debería dar ese efecto, pero no en él, en él era todo lo contrario.

—Muchas gracias, espero acabar la pasta antes de tener que ir al aeropuerto por él — dije tomando los ingredientes y dejando un beso en su mejilla— ¿Cómo te fue con los inversionistas?—

Ese beso se había vuelto algo casi habitual entre nosotros, había empezado hace 2 semanas despuésde que me dijera que los inversionistas habían solicitado verlo en persona para que les mostrara las capacidadesdel sistema, asíque me deje llevar por la emocióny lo bese en la mejilla mientraslo felicitaba, al principio me generó ansiedad haberlo hecho, haberme acercado de una forma tan íntima a él, pero lo único que hizo fue hablarme de su día como si ese beso no fuese la gran cosa, me hizo sentir que yo era capaz de dar afecto sin que se me exigiera algo más por ello, sin que se me recriminara como una acción con segundas intenciones, sólo era una acción cargada de cariño.

—Están encantados con los resultados de las pruebas que hicieron del producto, esto pinta muy bien— dijo emocionado mientras se quitaba el saco, para ponerlo sobre el respaldo del sillón — Déjame ayudarte con el pescado, no queremos que tu hermano sufra una intoxicación— doblo los puños de su camisa y me remplazo en la tabla donde tenía el pescado.

—Eso solo fue una vez y estoy segura de que el problema fue el pescado, no yo— lo mire de mala forma y él solo se rio.

—Eres mejor haciendo pasta, seguro que con eso lo harás muy feliz— y volvió a hacer ese movimiento con la nariz que note las últimas semanas, era como si arrugara la nariz de forma burlona mientras elevaba las comisuras de los labios para sonreír.

Seguimos cocinando hasta que faltaba una hora para salir y ambos nos metimos a bañar, ese era otro gran paso, ya no necesitaba que hubiese alguien fuera en caso de que tuviera un ataque en la ducha, ya podía hacerlo con tranquilidad así que él podía bañarse en su cuarto al mismo tiempo en que yo lo hacía en el mío sin preocuparse de nada.

Una vez salí del baño me puse un vestido negro con medias y un abrigo blanco, junto con un gorro, bufanda y guantes rojos a juego que me había regalado Edwin.

—Sabía que ese rojo te quedaría precioso, es tu color en definitiva — dijo cuando me vio.

—Me encantaron, muchas gracias —

— Hay que darnos prisa, no queremos que tu hermano se congele en el aeropuerto— me acomodo la bufanda y entonces salimos de casa.

Una vez en el aeropuerto recibí un mensaje de mi hermano diciendo que solo estaba esperando una maleta y que nos vería en la entrada del aeropuerto, pero nosotros ya estábamos por llegar a la zona por la cuál él debía salir.

—Estoy muy nerviosa— sentía que un escalofríos recorría mi médula.

—Recuerda, una persona a la vez — me dijo Edwin y sostuvo mi mano.

Le dí un ligero apretón y él me sonrió buscando darme consuelo, lo cual agradecía mucho en este momento, pero una vez que vi a mi hermano caminar hacía la puerta en donde estábamos no pude evitarlo y la emoción pudo más que cualquier otro sentimiento, corrí hasta él y en cuanto me vio dejo sus maletas y extendió sus brazos para recibirme.

—¡Benjamín!— salte rodeando su cuello cln mis brazos y su cintura con mis piernas, que bueno que traía ese abrigo tan largo.

—Clarise...— enterró su rostro en mi cuello mientras me abrazaba con fuerza.

—Te extrañe — mis lágrimas amenazaban con salir.

—Y yo a ti, no tienes idea de cuánto, deseé demasiado tomar el primer vuelo aquí en cuento paso la tormenta — él estaba a punto de llorar también yo lo sabía.

Me bajo con cuidado y cuando estuve en el piso lo noté, él había crecido, unos 10 cm quizá, y su rostro lucia como el de un joven adulto, quizá con un poco más de madurez y en sus ojos vi esa misma nostalgia que debía haber en los míos..., y en ese momento me pregunté, ¿cuánto debí cambiar en estos meses para que mi hermano me viera de esa forma?, ¿qué le estará diciendo mi rostro permaneció este momento?

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Con amor Valeria Juárez ❤️