☁︎Dolor

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Nunca me había molestado estar despierto tan tarde... Sí embargo desde que la conocí... Ahora todos mis hábitos son "malos"
Eran aproximadamente las 3 de la mañana cuando me desperté, sonreí al ver a aquella mujer que había hecho mi vida más linda, acomode los mechones desordenados que tenía y suspiré, agradecía poder pasar estas fechas con ella y esperaba que así fuera siempre.

Me pase mi rato de insomnio acariciando sus mejillas y observando como dormía plácidamente, perdí la noción del tiempo cuando ella se estiró para abrazarme y me quede dormido.

Era temporada de frío por lo que a la mañana siguiente sentí el cambio de temperatura, mis manos pasaron por la cama buscando su cuerpo, mis ojos se abrieron de golpe al ver que no estaba; me levante algo somnoliento y bostece, me pare a la cocina por algo de agua.

"Fui a resolver unas cosas a la oficina, regresaré pronto... Desayuna tranquilo."

Decía aquella nota en la barra, me quedé mirando a la nada y el sonido del timbre me saco de mis pensamientos.

- Comandante Phillip, buenos días. - dijo el mayor en la entrada del departamento con una caja en las manos.

- General... Pase por favor. - hable sorprendido por su visita y me hice a un lado.

- Ella...

- No se preocupe, no está.

- Excelente, mira... Seré breve, no puedo posponer más la misión, se debe realizar hoy o a más tardar mañana.

- Pero señor, usted prometió que iniciaríamos después de-

- Año nuevo, lo sé... Sin embargo es de urgencia.

- Ya había hecho planes.

- ¿Piensas abandonar una misión por una simple mujer?, ¿Te das cuenta de lo que puedes perder, Graves? No debí permitir que tuvieras si quiera una oportunidad con ella, solo está estropeando tu trabajo... Y de paso a ti.

- No voy a permitir que hable así de ella.

- Hijo, se que tienes sueños pero... Esto no es para hombres como nosotros, estas cosas simplemente no sirven; eres un gran soldado, tu sabes que te aprecio y eres de los mejores que he tenido a mi mando pero necesito que reacciones, Graves... Recuerda que somos hombres de guerra, así que espero que termines con este juego hoy, te estaré esperando esta tarde. - Dijo el general dejando la caja en la mesa. - Feliz navidad... No pude decirlo en el día correcto ya que alguien dijo que estaría ocupado.

Hablo nuevamente el mayor saliendo del lugar, en ese momento ella llegó, pude notar como el general despreciaba con todo su ser a la mujer que más he amado desde hace tiempo.

- Buenos días. - dijo ella mientras veía salir al general del departamento pero solo recibió un rechazo frío, agradecía que fuera demasiado amable de lo contrario tendría que ir por ella.

- Pensé que tardarías más... - murmuré acercándome a ella para abrazarla.

- Me avisaron a mitad de camino que no era necesario ir, ya lo habían resuelto.

Escuche de aquella voz mientras nos acercábamos al sillón, ella tomó la caja con curiosidad y la destapó con mi permiso.

- Vaya, se ve que te estima demasiado... Es muy bonito y además muy caro. - hablo mi niña observando el reloj.

- Tíralo, vendelo o no se... Haz lo que quieras con él.- Dije frustrado pasando mis manos por mi cara, la mejor forma de joderme el día era justo así... Con el general.
"Te aprecio." patrañas, ese hombre solo se quería así mismo.

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no me di cuenta que la mano de ella estaba en mi hombro con algo de preocupación, tome su mano con delicadeza y deposite varios besos en sus palmas sonriendo tratando de mantenerla tranquila.

- ¿Tus padres te han mandando mensaje? - cuestione jalandola de su cintura para sentarla en mis piernas, acaricie sus muslos tratando de mantenerme calmado y pensar en las diferentes soluciones a mi dilema.

- Dijeron que ya estaban saliendo de casa... Tardarán un poco en tomar el avión ya que por saturación de lugares tuvieron muchos problemas...
Llegan antes de la cena. - escuche y suspiré, asentí con mi cabeza pasando mis dedos por su espalda de forma suave y con mi otra mano apreté sus piernas.
No quería hablar, solo quería dejar de pensar...
Sus suaves manos se quedaron en mis mejillas tirando de ellas para dar un beso corto... Agradecía que ella sabía a la perfección como calmarme, pronto mis manos terminaron dentro de su blusa desabrochando su sujetador de forma fuerte, los besos fueron escalonado hasta que el sillón me incómodo, tome sus caderas y la cargue hasta la cama, la deje caer con cuidado...

- Mierda... - deje salir un largo suspiro y me senté en la cama mientras pasaba mis manos por el cabello llegando a mi mente aquellas palabras de Shepard.

Por primera vez odie la idea de ir a una misión, sabía las consecuencias de mis decisiones en todas las formas. La suave caricia que dio a mis mejillas me hizo volver a la realidad.

- ¿Te dijo algo malo el general?

Aquella cuestión me hizo darme cuenta que no podía guardar siempre mis pensamientos.

- Me dio una misión para hoy...

Su cara paso de tranquila a una de frustración, su entrecejo se frunció de forma hermosa y solo escuche un suspiro pesado.

- Supongo que no se le puede hacer nada... - dijo y se levantó de la cama para después salir de la habitación, mire como caminaba y apretaba sus manos.

Un silencio se hizo presente en el lugar y solo me resigne.

- Te dijo algo más... ¿No es así?
Escuche mientras miraba al suelo.

- Sabes... He estado pensando seriamente que te complico a veces las cosas... Suelo posponer nuestros planes porque mi trabajo requiere la mayor de mi atención.

- Graves...

- No, en serio... No sé si sea buena idea seguir.

Dije de forma pesada mientras las palabras del general resonaban en mi mente.

- Phillip, yo te conocí así... No pienso cambiar el hecho de que así fue y así será, amas tu trabajo y no te obligare a que dejes de hacerlo pero-

- Dile a tus padres que lamento no poder estar hoy.
También perdón por esto. - Dije tomando mi celular y mi chaqueta para después salir de la habitación y del departamento dejando atrás todas las respuestas y emociones.
Respire profundo sintiendo un nudo en mi garganta y conduje hasta la base para dar indicaciones a mis hombres.

Conduje con una mezcla de sensaciones que me mantenían irritado y solo podía maldecir todo lo que había pasado desde el año anterior.

"Somos hombres de guerra." Maldije toda mi vida desde que conocí al general, ¿Cómo pude confiar en él?
Al llegar a mi oficina me cambié, tome mi equipo y fui a la sala de reuniones, debía tener una cara de molestia de lo contrario mis hombres no hubieran dudado en hablarme.

- No creímos que viniera señor. - expreso Neil quien estaba a mi lado en la sala.

- A veces uno tiene que hacer el trabajo sin importar qué.

- Ella a estado llamando, se oía preocupada.

- ¿Le dijeron algo?

- No, ¿Quiere que se la pasemos?

Negué con mi cabeza y aclare mi garganta dando seña a que pusieran atención, sentía mi voz más pesada de lo normal y solo di información radical.

Phillip Graves/ headcanons y one shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora