💢Single DAD💢||Enji Todoroki.||

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El despertador suena y toda su cabeza le da vueltas, con profundo enojo y una terrible fatiga, arrojo el aparato que se estrelló contra la pared y dejo de sonar. Se movió para recostarse boca arriba, levantando ligeramente su camisa. Un pequeño bulto sobresalía de un lado, al sentir su piel todo era blando y normal, pero en ese pequeño lugar podía sentir al diminuto bebé. Ni siquiera se notaría apenas se cubriera nuevamente, Enji trazo con su dedo índice el contorno, tomando nota de dónde evitar algún daño o actividad perjudical. Fue capaz de ejercitarse antes, pero este niño parecía drenar su energía para continuar creciendo.

—"Al menos se dónde estas.."— se bajó la camisa, dirigiendo sus ojos al techo, la luz estaba apagada, pero la poca iluminación era de afuera. Su brazo estaba apoyado en su frente y trataba de no nublar su cerebro aún no despierto al 100%.

Se sentó en la cama y se levantó con cuidado, un rechinido se escapó al levantarse pero obviamente no era de su espalda.

—"Papi, estás despierto?.."— una suave y pequeña voz femenina le hablo, Fuyumi estaba parada mientras se aferraba la puerta, su expresión se notaba nerviosa.

Despertar a una persona que no había descansado era causa del mal humor, pero ese no era una conducta que ella veía en su padre. El se dirigió a la puerta, aclarando su garganta y estirando la espalda. Sus demás hijos estaban sentados en la mesa, todo estaba puesto, a excepción de la comida.

—"Es muy temprano para estar despiertos a esta hora.."— explico el pelo blanco más pequeño, sus ojos aún estaban cansados y se frotaba la cara, incluso bostezaba frecuentemente.

El rostro de Enji se mostraba frustrado, confuso, sin algo bueno con que consolarse y si fuera otra persona, no le importaría atender a sus hijos pero ninguno es culpable de su malestar. Estuvo a punto de tocar involuntariamente su abdomen, pero solamente apretó y arrugó la tela de su camisa.

—"Tengo una noticia que darles, niños.."— se sentó junto a ellos en un espacio medio, mirando al vacío, sus ojos turquesa profundos, su cabello carmesí despeinado y sus dos hijos mayores aún no enterados de su noticia aferrados al brazo del lado en el que estaban.

Las palabras no le salieron, sentía como si su garganta se obstruyera. Ellos solo eran pequeños, inconscientes de que se debe guardar y que no. Cualquier cosa que el dijera, llegaría a los oídos su ex esposa, como si fuera el dinero. Se tapo la boca con la mano y sus ojos se cerraron con fuerza, con su otra mano dió un golpe a la mesa sin medir su fuerza, aquel estruendo los hizo saltar de la impresión. Touya era el menos asustado, se mostraba desconcertado, tenso y despreocupado.

—"Van a tener un nuevo hermano... o hermana quizás."—

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