Cap 32

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Nos sentamos y en tanto nos llevaban la comida, Mina me contó lo que le había dicho su jefe sobre mí, indudablemente el mundo era un pañuelo, jamás me imaginé que él fuera familiar de una de las chicas con las que salí. Entonces opté con aceptar mi realidad frente a Mina, le expliqué que en efecto era así, pero que había cambiado por ella, que ya ni siquiera tenía el celular al que me llamaba cuando éramos un par de desconocidos y le di el número de mi BlackBerry.                   

Cuando terminamos de comer la acompañé a su trabajo. Había decidido prepararle algo especial para la cena, así que fui a comprar todo lo necesario, incluido un hermoso arreglo de alcatraces, que coloqué en la mesa al igual que los cubiertos para dos personas. Me dirigí a la cocina y me puse manos a la obra. En cuanto terminé fui por ella a la oficina y al regresar la sorprendí gratamente, ya que no se esperaba que yo preparara la cena ni mucho menos que supiera cuáles eran sus flores favoritas.                    

Le serví y hablamos mientras comíamos, le comenté mis planes de llegar desde el viernes a Miami para el ensayo de la boda de Gemma, ya que era la madrina, ella hizo un comentario gracioso sobre que era mi novia y después me cuestionó el por qué le había dicho eso a Andrea y luego de una serie muy divertida de preguntas que nos hicimos ambas para no dar una respuesta concreta le expliqué que aunque no se lo hubiera preguntado así la consideraba.                 

Me hizo saber sus temores sobre lo que mi familia pensaría de ella por no ser de mi nivel económico, esas eran patrañas, ella era mucho mejor en todos los aspectos que cualquier niña mimada de sociedad, caprichosa y berrinchuda. Mina era toda una mujer en el sentido extenso de la palabra, trabajadora, entregada, comprometida, me había dado cuenta de esas virtudes en el desfile de Gemma, así que aunado a su belleza y a su sensualidad la colocaban muy cerca de la perfección y era mía, por fin podía decir que era sólo mía y, que al igual que yo, mi familia la adoraría, porque si algo nos habían inculcado mis padres era a no tener prejuicios y tanto ellos como mi hermano eran las personas más cálidas, amables y amorosas que existían en el mundo y estaba segura que no le pondrían ningún pero a mi Mina. Además, ya la conocían.                     

No la dejé lavar los platos, quería consentirla y mimarla un poco, al día siguiente regresaría a Londres y pasaría un mes completo alejada de su lado, así que estas horas las haría mágicas para ella. Había terminado de lavarlos cuando sonó mi BlackBerry y me sorprendió sobremanera ver que era ella, "¿Qué tenía en mente mi ángel seductor?", pensé mientras sonreía y le contesté.                    

- ¿Estás libre esta noche? - preguntó con ese tono sensual que tanto me gusta.                   

- La verdad no, estoy en casa de mi novia - respondí siguiéndole el juego.
                     
- Es una verdadera lástima - exhaló de manera excitante - ardo en deseos de verte, acariciarte, besarte, desnudarte, recorrer tu cuerpo.           

- Uf, no sigas que me harás hacer algo que no quiero - dije mientras sentía como mi miembro empezaba a endurecerse sólo de escuchar sus insinuaciones.                    

- Vamos, no tiene por qué enterarse tu novia... además lo prohibido es más excitante, ¿no crees?                  

- Definitivamente - y con ella podría probar todo lo prohibido que existiera.                     

- Me han dicho que eres una diosa en la cama y me encantaría comprobarlo y por tu tono creo que no exageraron, tienes una voz endemoniadamente sensual, has despertado más mi deseo por ti.                     

- ¿En serio piensas que mi voz es sensual?      

- Demasiado - exhaló de nuevo - mi cuerpo ha empezado a - hizo un extraño ruido incitador - alterarse sólo de escucharte.                     

Estás libre esta noche? - Michaeng (G!P) [Adaptación]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن