Capítulo 5

38 8 0
                                    

Oh, cariño, mi alma, sabes que sufre por la tuya. Y has estado llenando este agujero desde que naciste.

Wooyoung estaba agobiado por la sensación de plena felicidad por encontrarse con Hongjoong, solo ellos dos.

En estas dos últimas semanas, desde que le había mandado la foto, y Hongjoong había respondido después de unos cuarenta y cuatro minutos, porque si, había contado los minutos, Wooyoung no iba a admitir que casi le da un infarto mientras lágrimas de dicha se derramaban por sus ojos, y saltaba sin poder contenerse a lo largo y a lo ancho de su departamento.

Ambos habían mantenido conversaciones por mensajes, fueron de cosas aleatorias y random, todo superficialmente, pero lo importante fue que eran de forma fluida, y Wooyoung no se quejaba en lo más mínimo, porque Hongjoong nunca dejo de contestarle, nunca dejo morir la comunicación.

Y en este instante, un martes por la tarde, Wooyoung estaba de pie en la puerta de la entrada del cine, esperando por la llegada de Hongjoong. Se habían citado a las dos en punto, pero él había llegado casi una hora antes, no se le podía culpar, Wooyoung estaba tan ansioso por la salida, que perdió completamente la noción del tiempo y del espacio. Lo único razonable que pudo hacer cuando concretaron la "cita", fue pedirle a su compañero Jongho que cubriera su turno en la cafetería donde trabajaba.

Mirando su reloj para saber la hora, y observando cómo las manecillas marcaban las dos en punto, sus ojos comenzaron a escanear a su alrededor en busca de Hongjoong. Sabía que era una persona puntual, así que en cualquier momento iba a ser acto de presencia. Por suerte no había mucha gente, apenas y un par esparcidas por todo el lugar. Era un horario bastante raro, acompañado de un día bastante particular para ir al cine.

Si Wooyoung lo mira retrospectivamente, no sabría precisar cómo había llegado hasta aquí. Solo había fragmentos de palabras, algo así como:

-Dios mío hyung, ¡está lloviendo tanto!, que dentro de poco vamos a tener que sacar nuestras lanchas, lol-

-¿Tienes una lancha?

-Espera, ¿yo tengo una lancha?

-Como nadie no me avisa... ¡la traición!

Wooyoung se había reído tanto que estuvo dos días con dolor de panza, y había estado tan feliz porque Hongjoong le había seguido el juego, que estuvo a punto de escribirle un te amo tanto y mandárselo, pero la lucidez volvió en el último instante a él, y tuvo que dejar a un costado lejos de él el celular para poder calmarse.

Y fue entre otras palabras, en esa misma conversación, que Hongjoong le había pedido, y si él quería, que no se iba a enojar si no aceptaba, acompañarlo a ver una película. Película que Yeosang no quería que viera porque, según él era muy violenta, y los sonidos en la sala de cine podían producirle dolor de cabeza. Se lo había pedido a San, pero obviamente el también lo rechazo, porque, bueno no quería que su novio se enojara y lo retara, y después le dejara de hablarle, por lo menos, durante una semana.

A Hongjoong le pareció que su hermano menor estaba exagerando sideralmente, Wooyoung también pensó lo mismo, y sumado a que se moría de ganas por ver y estar cerca de su hyung, que dijo que sí.

Sentía en cada rincón de su anatomía el creciente apetito voraz por la presencia de Hongjoong, por su cercanía, por su tacto, por escuchar su voz, su risa. Su alma parecía quemarse, arder en un fuego negro, donde el humo lo cubría todo, sofocándolo, ahogándolo en la miseria de un dolor agonizante, impecable, que no lo dejaba descansar en paz ni por un segundo.

Estaba tan sumergido en sí mismo que la voz suave de Hongjoong, lo sobresalto. Cuando enfoco su vista, el otro chico estaba parado frente a él, con un leve ceño por el desconcierto de la actitud de Wooyoung.

_ ¿Wooyoung, estás bien? _ Pregunta inclinando la cabeza hacia un costado como un pequeño cachorro.

Y a Wooyoung se le atasca la respiración en la garganta, mientras un dolor agudo en el pecho se hace presente, no por el hecho de ver la cara angelical de Hongjoong, sino porque Hongjoong llevaba puesto un pulóver que él había comprado, pero que Wooyoung había elegido, hace unos meses atrás en una salida a un shopping. Y como el buzo enorme que se había puesto en su primer encuentro después del accidente, esta prenda también era como tres talles más grande que él, haciéndolo lucir pequeño y vulnerable. Wooyoung se dijo a si mismo que debería haber una especie de limite en amar a Hongjoong, ¡pero Dios!, estaba tan equivocado. El sentimiento parecía expandirse infinitamente, queriendo salir de su cuerpo, haciéndolo explotar en millones de pedazos, instintivamente tenía la necesidad de ponerse a llorar acurrucado en un rincón, como si fuese un niño pequeño que acababa de enterarse que papá Noel no existía.

Mordiéndose la mejilla interna hasta formar una llaga en la carne, Wooyoung asiente bruscamente con la cabeza.

_ Si... _, dice para carraspear y desplazar el nudo en sus cuerdas vocales. _ Si hyung, estoy bien. ¿Vamos? _ Pregunta señalando con un movimiento de cabeza el interior del lugar, si seguía parado con Hongjoong frente a él mirándolo con ojos interrogativos, con un brillo de preocupación en ellos, y consciente de su vestimenta, iba a detonar, dándole rienda suelta a todos y a cada uno de sus deseos por Hongjoong.

Hongjoong se lo queda observando por unos segundos, si noto algo extraño en el otro no lo dijo, y Wooyoung estaba profundamente agradecido por ello.

_ Claro, vamos _, accedió con una pequeña y suave sonrisa en sus labios. 

Porque te sientes como en casa, por eso te amoWhere stories live. Discover now