Cap. 1

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México rondaba por las calles de la ciudad. Mientras con su compañero, Venezuela, hacían qué la gente jugará semana inglesa. Querían divertirse, al mismo tiempo que intentaban que alguien se enamorara de la otra persona.

–Es divertido cuando se dan cachetas, pero quiero que alguien se enamore. –dijo México.
–Marika, como quieres que alguien se enamore si todos los que traes tienen pareja y vienen por el dinero que ofreces. –dijo Venezuela mientras veía su celular con video que habían hecho.
–Sierto. ¡Mierdª! ¿A quien voy a encontrar qué no tenga pareja y quiera jugar esto?
–Yo qué se. Ve y busca a alguien, tu eres el principal, yo solo soy el cámarografo.
–Gracias por la ayuda. –se fue indignado a buscar a más personas.

Sacó su celular para "grabar" y que la gente si quisiera participar en su juego.

–Hola amigo. –dijo acercándose a un chico.
–¿Hola?
–¿Te animarías a jugar una semana inglesa con una persona random? ¡Claro que por una paga!
–Ah, no lo se.
–¿Tienes pareja?
–No.
–¡Entonces, ¿Qué esperas?!
–Ah, es que no lo se. ¿Te digo la verdad?
–¿Claro?
–Pero deja de grabar por favor.

México pausó la grabación. Miró confundido al chico.

–Es que, nunca eh besado a alguien.
–¡Con mayor razón deberías aceptar! Pues tener una nueva experiencia, si dañar a nadie y con paga.
–Bueno... Si lo dices asi. –se cruzó de brazos y miró al suelo.
–¡Qué bien vamos! –lo jaló.
–¡Espera ¿Qué?!

México lo llevó hasta donde estaba Venezuela. Este lo miró extraño.

–¿Ahora a quien trajiste? –le reclamó.
–Tranquilo, él no tiene pareja. –le susurró.

Venezuela revisó al chico de arriba a abajo. Le pareció que estaba nervioso por la situación.

–¿Él quiso?
–Pues claro, no traería a alguien que no quiere hacer esto.
–Lo que digas.

Venezuela se acercó al chico con una venda.

–Te explico las reglas rápido. –dijo al llegar con él. –te vendré los ojos para que no veas a la otra persona. Luego cuando acaben de jugar y tenga que darse las cachetas y el beso, se podrán quitar las vendas. Después te pagaremos mil pesos. Tu decides si mexicanos, venezolanos o los que quieras.
–Am... ¿Pueden ser soles? Esa es la moneda de mi país.
–Sí, te pagaremos con soles. Bueno antes de ponerte la venda, ¿Como te llamas?
–Me llamó Perú.
–Bien, Perú. Esto será grabado, espero no te moleste.
–Para nada.
–Bien, te pondré la venda.

Perú asintió y Venezuela le puso la venda en los ojos y lo paró frente a la banca donde estaba sentado.

–Bueno, iré a buscar a tu pareja. –sonrió pícaramente.

México corrió a buscar a otra persona que quisiera jugar semana inglesa con Perú. No le importaba si esa persona tenía pareja o no.

–Hola, amigo. –se acercó a un chico que estaba sentado fuera de un café. –¿Te gustaría jugar semana inglesa?

El chico lo miró con desprecio. Aun qué México no pudo verlo por sus lentes oscuros.

–No. –dijo para mirar  a su acompañante.
–Disculpa, ¿es tu pareja?

Los dos lo miraron sorprendidos y asqueados.

–¿Qué? ¡No! Él es mi hermano. –dijo el chico de lentes.
–¡Perdón! No lo sabía.
–No importa, ¿te podrías ir?
–De acuerdo. –retrocedió para seguir caminando.–Creo que alguien no estaba de humor. –susurro.

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Pues creo que no le
resultó lo que queria
hacer. Pobre.

Enamorados por accidenteWhere stories live. Discover now