Capitulo 16

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 28 de agosto.

Manoteaba con sus ojos cerrados intentando encontrar su teléfono en la cama, hasta que finalmente se dio por vencido, abrió sus ojos con pereza, intentaba adivinar la hora por la luz que entraba por la ventana.

—Maldición— Reclamaba Kendra cuando tomo el teléfono tirado al lado de su cama sin batería, totalmente apagado.

Observando el techo de su habitación intentando recordar la noche de celebración con el teléfono en sus manos, sintió los primeros pasos adentro del departamento, se miró para darse cuenta de que aún llevaba puesta la ropa.

Buscaba en la mesita de noche su cargador para conectarlo a su dispositivo.

El agua caí refrescando su cuerpo, cerro sus ojos para intentar recordar otra vez, pero, nada venía a su memoria.

Miro en el espejo las marcas de los colmillos de Ed en su cuello más cerca del hombro, pudo recordar la sensación de quemarse cuando la secaba.

Buscaba entre su ropa algo que la cubriera encontrando un sweater de lana de cuello alto de color crema oscuro, pantalones de tela de lino sueltos y sus calcetines negro para andar por el departamento.

Intentaba ordenar su cabello indomable, pero como todos los días se dio por vencido.

Ordeno su cama sacando sus sabanas sucias y cambiándolas, abrió las cortinas y ventanas. Se detuvo para prender el teléfono y revisarlos.

—Maldición, maldición, maldición— Murmuraba mirando la llamada de casi una hora con Ed, que ni siquiera recordaba.

Pero los nervios lo tomaron cuando pudo leer el mensaje de Ed.

Mensaje de Mi Lindo Novio: Tú sabes que te mereces este castigo.

—Mierda, mierda, mierda— Volvió a murmurar confundido

¿Qué había hablado con Ed? ¿Esta conversación la escucharon los demás? ¿Qué tan enojado estaría Ed, como para querer castigarlo? Eran las preguntas que rondaban su cabeza, antes de salir de su dormitorio.

—¿Cómo se pueden ver tan bien? Y nosotros muriendo— Dijo Koji con una terrible resaca, tirado en el sillón, Ryu tirado en la alfombra mientras su padre, Taro, preparaba algo para comer.

—Se podría decir que estamos acostumbrados a beber grandes cantidades de cerveza— Trataba de explicar Banon.

—Y en verdad no fueron tantas— Hablaba Kendra observando al grupo, poniendo atención por si alguien pudiera darle información, sobre la conversación con Ed que mantuvo por teléfono.

—A los cuatro cachorros los tuve que cargarlos para que llegaran a su cama— Se burlaba Taro.

—Yo no recuerdo nada— Respondió Ryu— Pero gracias.

—Mientes, no nos llevaste a nuestras habitaciones, solo lo dices, porque no recordamos nada y te burlas de tus pobres alcalizados cachorros— Se quejaba Koji tapándose la cara con un cojín— Odio la luz, me duele la cabeza

—¿No recuerdas nada?— Intentaba confirmar lo que había dicho Koji.

—Nada de nada— respondió uniéndose por completo con el cojín.

—Taro, no lo recuerdo, pero anoche, ¿Me viste hablar por teléfono?— Preguntaba sintiendo sus manos sudorosas, cuando el aire le empezaba a faltar a sus pulmones.

—No, no recuerdo haberte visto en una llamada, pero cuando estaba por dormirme, te escuche hablar, pero tu dormitorio está muy retirado del mío, para entender lo que decías— Contesto Taro, empezando a servir los paltos en la mesa— ¡¡¡A comer cachorros!!!

¿Soy...Un Omega?  La historia de amor de Kendra y EdmonWhere stories live. Discover now