Capitulo 25

1.3K 196 25
                                    

Capitulo 25

—Hola—saludó Sirius con una sonrisa coqueta a Severus cuando este saco un libro de una estantería, encontrándose con el chico del toro lado—Pero...—se quejó cuando el libro fue colocado en su lugar nuevamente, por lo que dio la vuelta llegando a Severus—. ¿Qué pasa?—cuestionó.

— ¿Que quieres, Black?—fue la respuesta de Severus, mientras tomaba y revisaba otro libro, sin darle una mirada.

— ¿Estas enojado? ¿Conmigo? ¿Hice algo? ¿Qué hice?—las preguntas se iban acumulando cuando Severus no contestaba—. Te estoy preguntando, ¿qué paso?—saco el libro de las manos de Severus y este lo ignoro tomando otro—. ¡Severus!

—Que molesto eres, ¿Qué quieres?

—Que me digas porque actúas así.

— ¿Así como?

—Así molesto.

—No estoy molesto—dejo los libros y miro a Sirius—. Bien, ¿qué quieres?

—Venia por un beso o dos, pero veo que no estás de humor.

—Estoy ocupado.

—Por eso espere aquí, dando vueltas como perro, hasta que te desocupes.

—Tengo que volver con Regulus.

— ¿Es que ese niño necesita tatas clases?—gruñó.

— ¿Necesitas algo más? No, bien...

—Sí, sí, espera—lo detuvo de la muñeca y saco una bolsa de dulces que dejo en la pálida y huesuda mano. — Son para ti, iba a dártelos más tarde si hacíamos alguna poción. Pero no podre verte—sabía que Severus nunca preguntaría con palabras pidiendo una explicación, pero la ceja que elevo, aún mirando la bolsa de dulces, fue la señal de Sirius para continuar—. James, él peleo con Evans y entonces él y yo, y esta y...

— ¿Se pego a ti como sanguijuela y no puedes librarte?

—Es mi amigo, tengo que estar para él. Asique, bueno... no pasare más tarde y quería...quería que tengas algo dulce—soltó al chico—. Ya me voy—dijo repentinamente incomodo sobando su nuca, se dio la vuelta para regresar por el pasillo de libros que había llegado.

—Sirius—llamó guardando la bolsa en uno de los bolsillos y acercándose al chico, cuando este giró a verlo, Severus no dijo más, tomó el rostro entre sus manos e inicio un beso de los que acostumbraban a darse cuando el tiempo era poco, rápido, profundo, con mordidas incluidas, un desastre de lenguas y saliva.

Algunos quejidos se escucharon por parte de Sirius, nada descontentos, sino de disfrute, gozaba cuando Severus mordisqueaba su labio inferior, cuando la lengua de este recorría desde la mitad de su barbilla hasta el interior de su boca. Fue presionado ligeramente contra las estanterías de libros, aprisionándolo sin esfuerzo, quería treparse sobre el chico, pero sabía que no tenían ese tiempo.

—En serio...en serio quería verte, quizás...puedas escaparme...—balbuceaba entre besos, deseoso de mover las manos de la cintura de Severus hacia otros sitios, pero resistiéndose.

—Ni hablar, es tu amigo, hazte cargo—habló Severus separándose de los labios, pero sin soltarlo, sus palabras tranquilizaron a Sirius y su sentimiento de estar entre su amigo y el chico—. Sigues teniendo esa horrible coleta—gruñó de pronto, sorprendiendo a Sirius cuando las manos desataron su cabello y lo despeinaron, lanzando la liga lejos.

— ¡Oye!

—Te hice un favor, te quedaba horrible.

—Sí, pero ahora estoy despeinado de nuevo—calló cuando Severus comenzó a arreglar su cabello, mantenía una expresión seria en el rostro, mientras sus largos dedos pasaban entre los suaves y desprolijos rizos de Sirius tratando de acomodarlos—. Así te ves mejor.

Detrás de lo que veíaWhere stories live. Discover now