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ChanYeol se vistió, peinó su rebelde cabello lo mejor que pudo y se miró al espejo, con sus anteojos de Harry Potter parecía más un adolescente que alguien a punto de decidir algo demasiado importante.

No usaba colonia, pues en muchas de sus citas BaekHyun le había dicho que le gustaba su olor natural y que no había necesidad alguna de opacar ese delicioso aroma con cosas artificiales.

Cartera en mano, llaves en el bolsillo, zapatos nuevos y muchos nervios, se embarcó hacia el destino que podría cambiar su vida.

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ChanYeol estaba iracundo, no, lo que seguía. Con sus palillos apuñalaba constantemente el pobre mochi que pidió mientras esperaba a BaekHyun, haciendo pucheros mientras todos los meseros alfas y betas suspiraban embelesados por la ternura que desprendía aún tan enojado.

Ese alfa horrible ¡malo! ¡estúpido!

¿Cómo se atrevía a ilusionarlo de esa forma? ¿Acaso todo había sido una broma?

¡Él mismo lo vio! Como hablaba con sus amigos por chat sobre pedirle que fuera su omega (el celular de BaekHyun solo estaba ahí, desbloqueado e indefenso ante un ChanYeol curioso)

Habían pasado treinta y dos minutos y el alfa no aparecía, revisó la fecha y hora de la cita más de cinco veces.

Sus ojitos se llenaron de agua mientras los pucheros enojados se convertían en pucheros tristes.

Pensó que ese día su vida cambiaría.

De repente, el sonido de la puerta siendo cerrada violentamente llamó su atención y la de los demás.

Ahí estaba BaekHyun, a quien ya consideraba su alfa, con su cabello despeinado, sin camisa bajo su saco y respiración errática.

—ChanYeol— su nombre salió en un susurro tan ahogado como desesperado. — Guapo. Precioso. Lo siento.

Se dijo que estaba enojado, muchísimo, pero ver a su alfa así tan cansado y con cara de perrito regañado, esperando un rechazo, convirtió ese enojo en algo calientito que lo rodeó completo.

—Llegas tarde— dijo con la mísera pizca de enfado que aún le quedaba y observó como el alfa se encogía, si tuviera orejas en su cabeza estarían aplanadas. — Estaba a punto de irme.

BaekHyun casi corre a sostenerlo de los brazos, manteniéndolo en su lugar y haciéndolos partícipes del mayor show en la historia del restaurante.

—No bebé.— dijo su alfa— Es solo que salí tarde del trabajo y luego JongIn tiró todo su café en mi camisa pero ya estaba retrasado para nuestra reunión y tuve que quitármela, y... bebé te juro que no era mi intención hacerte esperar porque te amo y... Dios, se suponía que esto iba a ser especial.

BaekHyun se agarraba el cabello frustrado y se alejó en un intento de arreglar las cosas.

ChanYeol sabía que nada se podía arreglar, no podía devolver el tiempo y evitar que la camisa de su alfa se estropeara, o que todo el restaurante los estuviera mirando con más que curiosidad así que decidió.

Era la mejor propuesta que había visto en su vida, no tenía que pensarlo más.

—BaekHyun— habló suave siendo ignorado— ¡BaekHyun!

Nada.

—ALFA.

El grito dejó a su alfa estático.

—En realidad quiero ser tu omega, BaekHyun, así que por favor, hazte cargo.

Su alfa lo miraba desconcertado, muy perdido y aturdido mientras todo el restaurante explotaba en aplausos, se acercó a BaekHyun plantándole un piquito en sus labios y siendo abrazado al instante por su alfa.

—¿Cómo... tú hoy...—preguntó él.

— Un pajarito me lo dijo y después de todo, ya había decidido hace un tiempo. Te amo, Baek.

— Te voy a hacer feliz, lo prometo, mi omega.

Había pasado tanto y BaekHyun nunca había roto su promesa.

SOFT GIANT LOEY.Where stories live. Discover now