XVIII

116 9 0
                                    

-Chicos- Dije en voz alta para que todos me prestaran la suficiente atención, ya que se encontraban jugando con unas cartas -Lo he pensado bastante, y me iré - Kagome y Shippo me miraron asombrados, Sango y Miroku estaban analizando la situación, e Inuyasha me veía con aceptación, a él ya le había comentado mi plan -No es nada malo, no los abandonaré. Pero si me iré a entrenar para volverme más fuerte- Aclaré, ahora ya todos estaban en el mismo canal y suspiraron aliviados -Viendo la situación, y meditándolo fríamente, sé que vendrán cosas peores porque Naraku se está enfocando en mejorar sus habilidades, así que yo las mejoraré al doble- Dije con la confianza apoderándose de mi.

-Ahora lo entiendo, creo que todos deberíamos hacer lo mismo- Comento el monje, recibiendo la aceptación de Sango e Inuyasha.

-Bien, les dejaré a mis lobos, por si requieren ayuda. Ellos me comunicarán si se encuentran en grave peligro- Tomé la mochila que Kagome me regalo y me la coloque -Nos vemos chicos, les prometo que me volveré muy fuerte, y por fin nos vengaremos de ese maldito de Naraku- Ellos me sonrieron mientras se despedían con una mano en alto, yo corrí en otra dirección, planeaba adentrarme en el bosque y buscar varios demonios a los cuales derrotar.

Estuve durante un tiempo recorriendo aquella verde vegetación. Pude aniquilar a más de diez demonios en menos de dos horas. Para esta hora ya era medio día y mi estomago comenzaba a molestar por la insaciable hambre que sentía. Decidí parar y tratar de olfatear un cuerpo de agua cercano, no tenía ganas de perseguir presas, así que mejor me pondría a pescar un poco con mis propias manos. Pude detectar a unos 60 metros un río, me encamine hacia el e identifique un aroma conocido.

-Vaya, creo que siempre nos encontraremos en un rio- Comenté burlona, ella se sobresalto porque estaba concentrada tratando de atravesar un pececillo que nadaba por ahí con un palito de madera.

-¡Señorita ___!, es un gusto volver a verla- Soltó su improvisada estaca y de un salto se paro para correr hacia mi. No desaprovecho la oportunidad, y me rodeo con sus brazos. Yo acaricie su cabello con gentileza mientras sonreía abiertamente, a mi me hubiera gustado tener una hermanita a la cual peinar, y Rin siempre me recordaba ese pequeño sueño, es una niña muy tierna y dulce.

-¿Estás buscando comida?- Le cuestione mientras separaba un poco su cuerpo del abrazo, ella asintió con algo de pena.

-¡Rin!, ¡no recuerdas que te dije que no te alejaras de mi sin antes decírmelo!- Gritó una vocecilla chistosa, era el sapo verde que hablaba, fiel sirviente del Lord Sesshomaru -El amo bonito me va a matar si se entera- Expresó agotado, supongo que al no ver a la pequeña Rin se asusto y corrió alrededor del bosque en su búsqueda -¡Ay no!, a parte estás con una desconocida. Ahora si el amo Sesshomaru me enterrará a diez metros bajo tierra- El pobre ser verde solo se dedicaba a lloriquear.

-¿Pero qué dice, señor Jaken?, ella no es ninguna desconocida. Ella es la señorita ___, y me salvó cuando un demonio trató de comerme al momento de pescar- Explicó rápidamente la niña -Además, el amo Sesshomaru ya la conocía.

-No te preocupes, enanito verde. No soy ningún peligro- Le confirmé con una sonrisa socarrona -Yo les ayudaré a conseguir su alimento más rápido. Tengo muchísima hambre, así que no me contendré- Troné los dedos de ambas manos y me aleje de Rin para meterme al rio a dar algunos zarpazos.

-¿A quién le dices enanito verde, muchacha mal educada?- Agitaba su báculo de dos cabezas con furia. Me daba risa su actitud, así que solté una pequeña carcajada, lo que enojo más al duende.

Mientras más golpes daba al agua, más se me ocurría una idea. Digo, ¿a quién no le gustaría entrenar con el gran Lord Sesshomaru?. Intentaré pedirle que me ayude a mejorar mi resistencia, velocidad y fuerza. Él es muy hábil, así que si me sería de gran ayuda para derrotar al bastardo de Naraku.

¿El amor es complicado? (Koga Y ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora