ఌ︎𝐿𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑣𝑎𝑞𝑢𝑒𝑟𝑜 𝐼𝐼

200 18 6
                                    

Agradecí el hecho de que ya no me siguiera y miraba al frente tratando de comprender todo lo que había pasado hace un momento.
Su cabello, su voz, sus ojos... Sus manos.
Mis mejillas enrojecieron y moví mi cabeza... No era correcto pensar así.
Solté una risa nerviosa pero la voz del ayudante de mi tío interrumpió mi pensar.

- Dios... Pensé que le había sucedido algo malo...
Cuando llegue a la casa y vi el establo abierto pensé lo peor. No vuelva a salir sin avisar por favor...

- Daniel, esta bien... No necesito que me cuiden...

- Ahora entiendo porque me recordaba a alguien... Usted y su tío son iguales.

Escuche y solo reí nerviosa, supongo que tenía razón, tuve que aceptar ser acompañada por él y seguimos cabalgando hasta la casa, pero nuevamente el galope de varios caballos llamaron nuestra atención. Daniel jalo a su caballo orillandome para dar paso.
Estaba confundida y solo gire mi cabeza para ver que sucedía.

"Ese es... ¿Graves?" pensé tratando de ver bien pero Daniel me tomo por la barbilla girando mi rostro hacia él diciendo suavemente "no"
¿Qué demonios estaba sucediendo?

- Ya veo porque no querías mi ayuda... - escuché de aquella voz y quite la mano de Daniel, trague pesado y antes de poder decir algo él hablo de nuevo. - Vámonos. - escuche con un tono ¿molesto? Su paso aceleró y el de los hombres atrás también.
Cuando ya se habían alejado mire al joven confundida.

- ¿Por qué estás temblando?

- Señorita... ¿Habló con ese tipo? - dijo nervioso

- Entable una pequeña conversación... Sí, pero nada que ver.

Vi como soltaba un suspiro y nuevamente se acomodo en el camino.

- No es bueno relacionarse con ellos... Pensé que su tío le había advertido.

- Él solo me advirtió que si no cuidaba a Lino, me olvidara de mi herencia.

- Señorita, estoy hablando en serio... Ellos no son de por aquí, cuando aparecieron fue porque el pueblo comenzó a tener problemas con algunos hombres... A decir verdad no entiendo porque siguen aquí si el lugar volvió a ser el mismo.
No le recomiendo que se acerque.

Escuchaba atenta su explicación mientras seguíamos cabalgando, me sentí decepcionada por unos momentos pero debía obedecer. Solté un suspiro suave pensando en lo que paso.
Llegamos a la casa y el se fue a la suya después de asegurarse que estaba bien. Me dio su número en caso de que algo pasara.

- Y eso fue lo que paso. - Dije por teléfono mientras arreglaba mi habitación.

- Dios... Te envidio amiga, mira que tener algo prohibido realmente es tentador. - escuche de mi amiga mientras guardaba unas cosas y reí.

- Sin embargo sigo pensando... No me hizo daño, al contrario, intento ayudarme por lo tanto no es malo...
Además, mi tío no me dijo nada y-

- Tu tío ni siquiera se molesto en decir que quería que fueras a cuidar a su caballo, que le va a importar tu integridad.

- Es a lo que voy, no hay nadie más que cuide de Lino, ni siquiera se lo pidió a Daniel, me lo pidió a mí, sabiendo que hay riesgo en este lugar me hubiera dicho que no saliera o algo por el estilo.

- Si te dijeron que no hablaras con él, no lo hagas.

- Oh, vamos... Siempre me alentas a romper las reglas ¿y ahora te echas para atrás?

Phillip Graves/ headcanons y one shortsWhere stories live. Discover now