cero

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Algún día del 2024

Puedo recordarlo, aún cuando prácticamente nunca veo la fecha porque lo olvido, pero sé que te vi por primera vez un lunes. A diferencia de muchas personas, me gustan los lunes, vivo con la filosofía de que es el mejor día por ser el comienzo, una nueva oportunidad, nuevas posibilidades, una nueva esperanza.

Supongo que hice bien por seguir creyendo aquello, puesto que un día lunes, aquel corazón que me pertenecía, salió de mi pecho, se volvió extraño y fue directamente hacia ti... Que metáfora tan particular, él solo reacciona ante tu presencia, haces que la magia, nazca, exista y no se desvanezca.

¿Cómo podría olvidar el momento en el que mis ojos tuvieron la dicha de ver a alguien tan bonita caminando a paso lento entre un mar de gente?

Tal como los colores y las sensaciones de ese día de otoño. Hacía frío pero el cielo era de un intenso celeste, las nubes esponjosas de un blanco puro y los álamos de tronco plateado eran notables volviéndose majestuosos... Sé su nombre porque es el segundo árbol favorito de mi madre después del pino y siempre que pasamos cerca de uno, me hace cerrar los ojos para escuchar el sonido de las hojas chocando entre si por las corrientes de viento.

Es relajante, fascinante, encantador, como tus movimientos.

Pero no pude hacer lo de siempre, no pude respirar profundamente, en realidad creí olvidar como se hacía, todo gracias a la encantadora expresión en tu cara. Un rostro nuevo y desconocido, pero tan bello que quedé embelesada, sumida en cada detalle que quise grabar en mi mente.

No me viste, pero no me sentí triste, en realidad solo anhelé volver a encontrarte.

Divagaciones - MichaengWhere stories live. Discover now