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Al cabo de unos meses se comprobó que efectivamente todos los 12 paladines llevaban un ser que carecía un su vientre unos mucho más avanzados que otros.
Spreen se encontraba en una de las salas del castillo donde únicamente se les permitía estar a los paladines.
Estaba conversando con Luzu un híbrido de Pato, a este se le notaba mucho más el gran bulto en su vientre.
— Vamos Spreen no te gustaría volver a ver al alfa con el que estuviste esos días! —
— Sabes que no tenemos permitido volver acercarnos a ellos —
— Los altos mandos no tienen por qué saberlo — Luzu le sonrió divertido.
Spreen le devolvió la sonrisa era claro que personas como ellos que no seguían órdenes del todo harían lo que quisieran.
— Que tan bueno tuvo que ser para que quieras volver a encontrarte con el!? — Spreen pregunto con descaro.
— Tan bueno como al mismo nivel que te dejaron a ti sonriendo — Luzu le respondió de igual manera.
— Lo admito disfrute mucho ser jodido por ese hombre, pero no creo que lo vuelva a ver, se dedica al comercio sabes que los barcos comerciantes solo vienen dos veces al año —
— Mejor aún así podrás presentarle a su hijo! Además, no sé si sea coincidencia, pero con quien yo estuve también dijo que eran comerciante —
— Eso solo quiere decir que los extranjeros son mucho mejores que los principitos del Reino — Spreen dijo con burla, provocando que Luzu también riera
Su conversación fue interrumpida por la llegada de los demás paladines y los altos mandos
Spreen odiaba a esos tipos
Después de que su hijo naciera averiguaría la verdadera razón de la muerte de su hermano
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Los meses siguieron pasando hasta que fue turno de él, dar a luz.
Fue un proceso doloroso de varias horas, Spreen durante todos eso meses, desde que se le había dado la noticia de que el seria el remplazo de su hermano para ser un paladín, solo tenía en mente que una vez el niño naciera y que se le pedia lo dejaría por completo a cargo de los altos mandos, no tenía pensado criarlo, ni mucho menos encariñarse con él.
