𝔇𝔦𝔢𝔷

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𝗰𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 | 𝗻𝗲𝘃𝗲𝗿 𝗯𝘆 𝗺𝗮𝗴.𝗹𝗼


𝕭𝖊𝖗𝖑𝖎𝖓, 𝕬𝖑𝖊𝖒𝖆𝖓𝖎𝖆.

𝟸𝟶𝟶𝟿.



-¡¡MIERDA!!

-¡TOM, carajo! -Bill no hizo más que levantarse abruptamente luego de que su hermano se cayera de la cucheta donde ambos dormían en casa de los abuelos de Gustav; sin más levantándolo no solo a él por el estruendo, si no también a sus amigos quienes dormían en el piso por perder la competencia de hamburguesas que, como premio, estaban las camas donde ahora dormían los gemelos.

-A-auch...-con sus ojos cerrados y entre gruñidos quejosos por parte de Gustav y Georg, Tom se revolcaba en el piso por el fuerte golpe-, lo siento...-aun jadeaba en busca de algo de aire. Al estar durmiendo solo en boxers, Georg en busca de venganza se lo bajó y en un rápido movimiento le pellizcó una nalga-, ¡¡no hagas eso, joder!!

-¡Te dijimos que duermas abajo! -Gustav le lanzó con un almohadón, Tom se cubrió y este le cayó a Bill en el rostro-, uh, um, lo siento Bill.

Tom solo chitó y se levantó aun en la tenue oscuridad algo cabreado y... con miedo.

La banda hace meses había decidido darse un descanso, los cuatro creían que era necesario estar al menos un tiempo lejos del escenario y sobre todo de la gente por lo qué optaron en ir algunas semanas a casa de la abuela de Gustav quien siempre los recibió de brazos abiertos desde niños, pero rara vez lograban ir los cuatro a aquel lugar.

No solo por estar apartado de casi todo el vecindario; en los barrios bajos de Alemania donde suele vivir gente de mediana edad y casi pocos adultos jóvenes. Ideal para cuatro chicos que necesitan un respiro de eso, pero no para aquellos niños que fueron alguna vez quienes solo querían componer, cantar y tocar instrumentos toda la madrugada.

Si no que también, de niños eran atormentados y casi acosados por la vecina de Tella, abuela de Gustav y casi una segunda madre para Tom, Bill y Georg. Tal mujer los observaba desde enfrente, los llamaba... en especial a los gemelos que estaban completamente aterrados de aquella maquiavélica mujer ya fallecida.

-¿Fue una pesadilla? -susurra Bill a su hermano mientras enciende la luz del pequeño cuarto donde dormían todos. Este solo asintió molesto y se dejó caer en las mantas donde torpemente sus amigos trataron de armarse una especie de cama-, ¿soñaste con... lo mismo? -pregunta señalando a la ventana que estaba cubierta por las cortinas oscuras.

Tom volvió a asentir levemente, llevando sus manos a su rostro con frustración mientras el resto se miraba entre sí luego de la reacción de él.

-Tom, lo de las fotografías seguro fue... no lo sé, un error-Georg soba su espalda-, sabíamos que era mala idea ir a la casa de aquella vieja.

Bufó y Tom lo miró de mala manera.

-¿Un error? -musita-, ¡Tenia un santuario con fotos mías, Georg! ¡Mías! -alterado se levantó-, ¿Cómo pude dejarme convencer de entrar a su casa? -frustrado y asustado, amagó con levantarse, pero Gustav se lo impidió negándole con la cabeza e indicándole que mantenga la calma con un gesto gentil en su rostro.

La abuela de Gustav no se enteró de su rebeldía, saltando las cercas de la casa y entrando por la ventana de aquella vecina quien fue encontrada muerta días atrás. Las lenguas del barrio dicen que su perro comenzó a comerle la cara puesto qué no tenía familiares o alguien que haya llamado a la policía mas que los vecinos que alertaron del mal olor que provenía de ahí dentro y era sumamente hediondo.

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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𝗕𝗘𝗟𝗜𝗔𝗟 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 +𝟏𝟖.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora