El Reino Etruscan se tiñe de sangre cuando Heeseung, el hijo ilegítimo del rey conspira con su prometido Sunoo para usurpar el trono de su medio hermano. Sunghoon.
A pesar de la devoción de Sunoo por el nuevo Rey. su fé se hace añicos cuando él lo t...
Caminaban juntos por el bosque... Sunoo abrazado al brazo de heeseung. Su corazón se sentía tranquilo y feliz.
—¿Ves esos lirios del valle? —Comenta heeseung con una bonita sonrisa. — Me recuerdan a ti. Son dóciles, casi serviciales... Y parece que florecen solo para mi.
—Hee —una sonrisa se marca en su rostro ante aquellas "lindas palabras" y un sonrojo se escapa por sus mejillas.
Hasta que vuelve a su realidad.
Sunoo se encuentra tirado en el suelo.
"¿Estaba... Soñando? Hoy debe ser la ceremonia de coronación"
La música sonaba por todo el salón del palacio y más allá de. Una hermosa melodía...
"Están tocando la música que yo elegí... Y celebrando la ceremonia que yo planifique... Yo lo hice todo... Por Heeseung y nadie más."
"Yo debería estar a su lado mientras se pone la corona... Un lirio del valle puede prosperar en el bosque...
Con cierto cuidado se va poniendo de pié.
"Pero nunca lo adorarán como a la rosa que creció en el invernadero."
—Despertaste, querido hermano.
Los ojos de Sunoo se abren a más no poder. Justo enfrente está su hermano. Vestido de blanco con cierto velo que cuelga por su cabello callendo por su espalda. Muestra una radiante sonrisa.
—¿Jake...?
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—Sunoo. Creo que eres tú el que debe explicar tus faltas contra mi esposo.
—... No puedo describir lo que le hice a Sunghoon...
—¿Sunghoon? —Inclina su mano sobre su barbilla. —Cielos... —y una sonrisa se cruza por sus labios— Hablo de heeseung, tontito.
—¿Qué?
—¿No es obvio? Heeseung merece al más noble y refinado chico del Reino. ¿Quién mejor que yo? De hecho, es simplemente abominable que quisieras ocupar mi lugar como legítimo Rey. Si supieras lo que es correcto, habrías roto el compromiso hace mucho, ahora por tu culpa, mi nombre está manchado. La alta sociedad me ve solo como un viudo... Que perdió su inocencia y dio a Luz a un niño muerto. ¿Cómo piensas arreglar esto, hermano?
—¿Eso es lo que te enfurece? ¿Qué hay de tu esposo, el príncipe Sunghoon? ¡Te trataba con todo el amor y cariño que tenía en su corazón!
—Pero claro. Así me tratan todos los hombres. Si tuviera que responder así a cada hombre que alguna ves me amó. Entonces no sería más que un ramero que se abre al amor como abre las piernas ¿No te parece? —Y aquella diabólica sonrisa se marca en sus labios.
