Capítulo 02.

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Cadenas invisibles alrededor de tus muñecas

Nami sostiene uno de los mapas que acaba de terminar, es casi perfecto, ella está contenta con el resultado, incluso si pudo haberlo hecho mejor

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Nami sostiene uno de los mapas que acaba de terminar, es casi perfecto, ella está contenta con el resultado, incluso si pudo haberlo hecho mejor.

Se levanta de la silla, el trasero le duele de estar sentada tanto tiempo, ella observa su alrededor, puede ver la única ventana por la que entra la luz, puede ver los montones de libros por todas partes y los muchos mapas que si no están colgados en la pared, están guardados en los cajones.

Suspira, evitando que su cerebro divague en esa dirección, sale de la sala de cartografía.

— Nami Swaan — ella sonríe ante la bebida que le extiende Sanji y le da un sorbo, sabe bien

— Gracias, Sanji Kun — se aleja ante la mirada llena de corazones de su nakama

Se sienta junto a Robin en una silla para tomar el sol y quizás dormir un poco, no ha estado durmiendo mucho últimamente.

— Hola Robin, ¿Esta bien si te acompaño mientras tomo una siesta? — se sienta en la silla sonriendo

— No hay problema, Nami — sonríe Robin antes de seguir con su lectura

Nami sonríe y se acuesta, prefiere dormir antes que sobrepensar, antes que recordar.

Luffy golpea al hombre y lo desmaya, necesitan interrogarlo, ese grupo los a estado siguiendo durante los últimos meses.

— Nami, Usopp, lleven al hombre abajo — ordena Zoro, Luffy no se opone y termina de alejar al resto

Siempre deja esas cosas en manos de Zoro, es el primer oficial y puede manejarlo mejor que él, de todas formas.

— A-Abajo — tartamudea Nami, el peliverde lo confirma

Usopp y Nami se van con el hombre todavía herido, Luffy, Sanji y Zoro terminan de quitarse al resto de los hombres y ponen en marcha el Sunny.

Nami baja junto a Usopp al calabozo y lo odia, no es más que una habitación oscura con cadenas y rejas.

— Nami, ¿Estás bien? — pregunta Usopp con el ceño fruncido

— Si-Si, solo no me gusta aquí — responde mientras le ponen las esposas al hombre

— A mi tampoco, pero te vez mal y pálida — explica — Deberías volver arriba, ya está esposado, solo cerraré la puerta

Ella le toma la palabra y con un rápido agradecimiento corre a la cubierta a informarle a Zoro que está todo listo.

— Genial, dile al cocinero que venga a la enfermería, tenemos que hablar con Chopper y Luffy antes de proceder — ordena, ella asiente y va a la cocina, aún temblando

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