05'

406 46 6
                                    

Cristian 3:52pm

Estaba con Ota en su casa, combatiendo la resaca con unos mates.

—Cuti...—Otamendi dice y hace una pausa mientras ceba un mate amargo, dudo mientras habla y me espero lo peor viniendo de su boca. —¿Estuviste con la piba esa?

—¿Con cual de las dos? —Digo y Nicolás alza las cejas y ríe. De inmediato me doy cuenta de lo que dije. —Uh, no, pero...

—Apa, garchaste con más de una. Estás sólido, amigo.

Niego con la cabeza tomando un sorbo del mate y río arrepentido de lo que salío por mi boca.

—No, no. —Cruzo mis brazos y alzo los hombros. Ota me mira con desconfianza.—Bueno sí, pero no lo decía por eso, culiado.

El general ríe.
—¿Las conozco?—Cuando Otamendi ve que yo asiento ante su pregunta, continúa hablando— ¿A la Mile, Olivia, Lucila...?

—Una rubia toda alzada que ni mi acuerdo el nombre de lo en pedo que me puse. La que me jodiste vos para que la encare, ¿te acordás? Nunca más cojo en un baño amigo, ya aprendí.—Me sincero, no había sido un mal polvo, pero es incómodo tener relaciones en un cubículo del baño. En realidad no estaba tan borracho, era el comienzo de la joda, pero no quería acordarme de esa piba, no fue un buen momento.

—Sí, sí. Sos demasiado mandado, ¿cómo vas a darle a una en un baño? Terrible pajero. Era para comertela y listo.—Niega y yo le doy la razón— ¿Y la otra? ¿Luli?

—Naa. Esa es del Moli, no se toca.—Digo refiriéndome a mi amigo, quien estaba completamente enganchado de la mujer nombrada y era sabido por el resto del grupo. 

—Qué te hacés el misterioso, Cutie.

Suelto una risa y devuelvo la bebida al mayor. Licha y yo siempre le pedimos consejos a Ota porque es el más curtido y el más caradura; anoche el general me insistió para que me levante a esa piba y bueno, pasaron cosas en el baño del boliche.

Mi celular vibra y el sonido de la alarma se hace presente en el patio de aquella casa; el número en la pantalla indicaba que eran las 4 de la tarde, hoy entrenabamos a la tarde y no me acordaba que a las 4:30 arrancaba el entrenamiento. 

—Nooo, culiado... —Otamendi me mira con confusión ante mi expresión de angustia. —Hoy entrenamos a la tarde.

—Jodeme. —Dice sin creerme el central, que se había olvidado igual que yo el compromiso que nos incumbía a ambos.

—Te juro pajero, me voy a buscar las cosas ya. Nos vemo' ahí.—Agarro las llaves de mi auto que se encontraban sobre la mesita de vidrio que adornaba el patio de Nicolás y salgo prácticamente trotando por el césped artificial. 

Me giro y Otamendi ya se había adentrado a su casa y supongo que está buscando sus cosas del entrenamiento. Que la verdad no es mucho lo que llevamos, la ropa de entrenamiento está ahí, pero tenemos que llevar los botines, cambiarnos las medias, llevar agua y la ropa para bañarse después de entrenar. 

6:08

Salgo de los vestuarios con un short de la AFA y el torso desnudo, camino por los pasillos con Lisandro mientras me seco el pelo con una toalla. El entrenamiento había terminado hace unos minutos.

hypnotized ━━ cuti romeroWhere stories live. Discover now