– Y recuerden que las visitas a Hogsmeade son un privilegio. Si su comportamiento es malo en la escuela ese privilegio no se les volverá a otorgar – dijo McGonagall mientras los demás le daban el permiso – Si el permiso no está firmado no podrás acompañarnos – le dijo a Harry – son las reglas Potter.
– Los que tengan el permiso siganme, los que no apártense – dijo Flich y me quedé mirando a Harry.
– Pero profesora si usted lo firma podré ir – le dijo.
– Creo que no solo el padre o tutor está autorizado, yo no puedo porque sería inapropiado – avanzó y se giró a verlo – Perdona Potter no puedes venir – le dijo con cariño y se fue.
– Olvidenlo, hasta luego – se iba a dar la vuelta pero lo detuve.
– Me quedo contigo para que no estés solo – le dije.
– No _____ está bien ve – me dijo.
– No me quedaré contigo, además no iba a hacer nada más que comprar dulces pero lo hago en la próxima salida – le dije con una sonrisa y él asintió – Nos vemos chicos – me despedí y me fui con Harry al puente.
{...}
– Gracias por quedarte conmigo pero no tenías que hacerlo – me dijo recargándose en la baranda del puente.
– Si tenía, no iba a dejarte solo – le dije y me recargue en la baranda a su lado
– ¿Por qué te importa tanto? – me pregunto.
*Me voy a arrepentir de esto*
– Por qué – lo tomó suavemente del cuello y lo besé.
*Así es BESÉ a HARRY POTTER*
(Imagina que son tú y Harry)
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Nos separamos poco a poco
– Por que... – dije – me gustas Harry y yo se que tú no sientes nada por mi pero tenía que decírtelo por que casi me vuelvo lo... – Harry me interrumpió besándome pero fue uno corto.
– Tú también me gustas – me dijo juntando nuestras frentes – y si no te pregunto esto me voy a volver loco.
– ¿Qué quieres preguntarme?
– Te quería preguntar esto antes de irnos en 2do año así que – dijo nervioso – _____ ¿Quieres ser mi novia?
Lo bese.
*Nunca me cansaré de besarlo*
– ¿Eso responde tu pregunta? – le dije
Él asintió y dijo: – Te quiero demasiado Weasley – tomó mi mano y me dio un beso en ella.
– Y yo a ti Potter – le dije y entrelazo nuestras manos mientras sonreía.
– Buenas tardes jovenes – dijo el profesor Lupin llegando.
