15 - FINAL

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CAPÍTULO 15 - FIN

CASI CUATRO SEMANAS MÁS TARDE

–Déjame que te arregle el pelo, cielo.

—Mamá...

—Perdona, ¿te da vergüenza? —pregunta Catherine mientras, con las gafas en la punta de la nariz, arregla la tupida cabellera de Zee—. Me darás las gracias cuando no te veas en el retrato oficial luciendo un enorme remolino.

NuNew tiene que reconocer que el fotógrafo de la Familia Real hace gala de una gran dosis de paciencia con todo esto, sobre todo si se tiene en cuenta que la sesión ha tenido lugar en tres escenarios distintos: Kensington Gardens, la asfixiante biblioteca del palacio de Buckingham y el patio del palacio de Hampton Court, antes de que tomaran la decisión de tirarlo todo a la basura y escoger un banco de Hyde Park, cerrado para la ocasión.

(«¿Igual que un vagabundo?», comentó la reina Mary. «Cállate, mamá», le dijo Catherine.)

Existe una cierta necesidad de tomar retratos, ahora que NuNew se encuentra oficialmente en el período de «cortejo» con Zee. Procura no pensar demasiado en que dentro de poco verá su rostro en las chocolatinas y en las chancletas que se venden en las tiendas de regalos de Buckingham. Por lo menos, estará al lado del rostro de Zee. Las fotos como estas siempre conllevan ciertos cálculos psicológicos. Los estilistas de la Casa Blanca visten a NuNew con ropa de diario: zapatos marrones de piel, pantalón deportivo de pernera estrecha y de color tostado, polo Ralph Lauren con el cuello suelto; sin embargo, en este contexto ese atuendo desprende seguridad en sí mismo y resulta un poco canalla, claramente americano. Zee lleva una camisa de Burberry por dentro de unos vaqueros oscuros y una chaqueta de punto azul marino acerca de la cual los estilistas de la Familia Real han pasado varias horas discutiendo en Harrods. Desean que transmita la digna imagen de un perfecto intelectual británico, un novio enamorado al que aguarda un brillante futuro como académico y filántropo. Hasta le han colocado unos cuantos libros al lado, en el banco.

NuNew observa al príncipe, que protesta y pone los ojos en blanco bajo las manos de su madre, y sonríe al pensar en lo mucho más que se acerca este acicalamiento al verdadero, el complicado Zee. Todo a lo que puede acercarse durante una campaña de relaciones públicas.

Les toman como un centenar de fotografías simplemente sentados en el banco, el uno al lado del otro, sonriendo. Una parte de NuNew continúa dando vueltas al increíble hecho de que él se encuentre aquí, en medio de Hyde Park, delante de Dios y de todo el mundo, agarrando la mano de Zee encima de su rodilla, para la cámara.

—Si el NuNew de hace ahora exactamente un año pudiera ver esto... —comenta inclinándose hacia el oído de Zee.

—Diría: «Oh, ¿estoy enamorado de Zee? Seguramente por eso soy tan cabrón con él todo el tiempo» —sugiere el príncipe.

—¡Eh! —grazna NuNew.

Zee se ríe de su propio chiste y de la indignación de NuNew, y le pasa un brazo por los hombros. NuNew cede y ríe también, de corazón y con ganas, ya desaparecida toda esperanza de adoptar un tono serio para lo que queda de día. El fotógrafo da por finalizada la sesión, y los protagonistas quedan libres.

Catherine afirma que ha tenido un día muy ajetreado: tres reuniones antes del té de media tarde para hablar de mudarse a una residencia real en una zona de Londres que sea más céntrica, dado que ha empezado a asumir más responsabilidades que nunca. NuNew ve cómo le brillan los ojos: a no mucho tardar, empezará a lanzarse a la caza del trono. Opta por no decirle todavía a Zee nada a ese respecto, pero siente curiosidad por saber cómo evolucionará el tema. Catherine los besa a los dos y los deja en compañía de los guardaespaldas.

ZEENUNEW - CUESTIÓN DE ESTADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora