─ Somos como el Sol y la Luna, dos amantes secretos incapaces de toparse siquiera un momento; solo le queda la espera del amanecer y la despedida al atardecer, los únicos momentos donde al menos se pueden mirar. Así cómo el Sol extraña a la Luna cua...
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Lucius caminaba hacia el sauce boxeador, volvería a pasar por aquél hueco que encontró con los demás al seguir a los Merodeadores, así entrando a la casa de los gritos.
Una vez que volvió a repetir el mismo camino qué siguió la noche anterior, se quedó quieto adelante de la puerta en dónde lo más probable esté la persona que estaba buscando.
Dió tres toques en ella, con fuerza pero delicadamente a la vez esperando una respuesta.
─ Adelante ─ se escuchó por adentro.
Lucius miro la manija, la agarro con cuidado y empezó a empujar abriendo lentamente la puerta, dio un paso a dentro de la habitación y cerró la puerta detrás suyo.
El Slytherin se quedó mirando aquél chico castaño sentado en una cama, éste miraba la ventana que tenía a lado, tenía una manta que le cubría desde su cintura hasta sus rodillas, su miraba está en su abdomen rasguñado y hombros sangrando un poco, también tenía un corte en el lado izquierdo de su cuello.
─ y tus amigos? ─ preguntó dándose cuenta de qué solo estaban ellos en la habitación.
─ James y Peter fueron a clases, querían quedarse conmigo pero les dije que se fueran para poder calmarme ─ le respondió tranquilo sin quitar la miraba a la vista que le daba la ventana a su lado ─ y mandé a Sirius a por vendas y a ver cómo estába Snape.
Lucius fruncio el ceño al escuchar que el pelinegro fué a donde su amigo, esperaba que ese idiota no lo molestara, sí no el sería el siguiente en la enfermería.
─ me sorprende que echaras a tus amigos en esas condiciones y más después del suceso que pasaste ─ volvió a hablar él ─ ahora estamos a mano Lupin.
Ahora la mirada del licántropo estába en él, sintió un escalofrío al ver aquellos ojos dorados fijó en él, pero no se dio a notar ése estado, se quedó firme haciendo contacto visual con el castaño.
─ no has vuelvo en sí, verdad ─ afirmó el Slytherin, después de todo, se tomó su valioso tiempo en buscar información sobre los hombres lobo.
El otro seguía mirándolo, Lucius ya se estába poniendo algo nervioso con aquellos ojos que parecía que lo atravesaban.
─ dejá de mirarme con esos ojos ─ dijo algo irritado por la sensación qué le atraía su mirada.
─ ¿qué ojos? ─ preguntó sin quitar su mirada, era fija, ni siquiera parpadeo en ningún momento, lo miraba fijamente, tenía su vista en él, solo en él.
Lucius no dijo nada, el no se quedaba atrás, su mirada también era fija y sería, después de todo no iba a mostrar ni un poco de vulnerabilidad hacía el licántropo.
Remus levantó su mano a su dirección.
─ ven ─ ordenó con un tono de voz rasposa.
El otro obedeció, llendo hacia el lentamente sin razón en si mismo del porqué obedecía.
