Capítulo 9: Todo acto trae su consecuencia.

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Pasaron los meses y el celular se me rompió, había aprobado todos los examenes y para entrar en una nueva escuela solo faltaba un mes que se me hacía eterno.

Escuela en la que estaba Lucca y Lázaro, por un lado sentía que de esa forma podía acercarme más a Lucca pero por otro  muy en el fondo sabía que nada de eso valía la pena, quería alejarme y a la vez no podía, sabía que me estaba rebajando, el a mí no me buscaba y nunca tenía la inciativa en nada, llegó un momento en el que incluso decidí olvidarlo y seguir adelante pero fue en vano.

Solo estuve con ese pensamiento dos meses y medio, en las últimas semanas de agosto me habían comprado un celular y un fin de semana me fui con mi madrina a una de las casas que ella le cuidaba a una de sus amigas.

Me encontraba sentada en un sofá rojo que era de lo más cómodo, veía reels de instagram mientras tomaba un jugo.

—¿Sabes quién me vino a ver el otro día?— mi madri se sienta a mi lado subiendo los pies en una mesita que había enfrente de nosotras, aparto la vista del celular prestándole atención.

—¿Quién?

—El chico del que te hable hace unos días, vino anoche a la casa, me trajo algo.

Mi madrina y yo somos como mejores amigas que se cuentan todo, absolutamente todo, pero claro, ella es una adulta y tiene muchas mas responsabilidades que yo y no ve las cosas igual que una adolescente. Por eso, siempre le digo todo lo que me pasa, para que ella me de sus consejos y poder saber su punto de vista. De igual forma ella me cuenta sus cosas, mas bien para hablar con alguien, es lo que creo, porque muchos consejos no le puedo dar la verdad.

—¿Qué te trajo?— me mira fijo, aguantándose la risa— suéltalo.

—Me trajo una flor—hago una mueca y ella suelta una risita— y un trompo.

La miro un rato y estallo en carcajadas.

—No te rias chica.

—¿Lloro entonces?—digo entre risas—¿un trompo? ¿enserio? ¿para que o que?

—No se, creo que para tu primo.

Mi primo tiene seis años.

—No puedo creerlo y una flor, ¡ya se! A partir de ahora le llamare— me mira esperando mi ocurrencia—el señor de la flor y el trompo—exploto en carcajadas.

—Ya chica—me tira un cojin— es tierno de su parte.

—Si, claro.

Nos pasamos hablando de ese tema un rato mas, después me bañe y a eso de las siete comimos. Luego nos sentamos a conectarnos, veíamos Facebook, Instagram y hablamos en whatsapp con nuestras amistades, había que aprovechar que teníamos tranquilidad y una conexión de puta madre.

Aparto el celular, me dirijo a la cocina, abro el refri y cojo un paquete de galletas.

Estaba aburrida.

Lo bueno era que no estaba pensando en Lucca, toda esta situación me decepcionaba un poco, como una chica enamorada obviamente me pasaba las noches imaginando cosas que muy en el fondo sabía que nunca pasarían y me entristecía saber que era así pero siempre tuve una pequeña esperanza de que todo cambiara y poder tener la relación que tanto deseaba.

Nunca he tenido una relación, una seria, de esas que duran meses e incluso años, yo quería algo así. De leer tanto y ver tantas series y pelis me entraron las ganas de sentir lo mismo y cuando me enamoré de Lucca pensé que podría llegar a tener mi romance adolescente. Que fiasco, no todo es como lo soñamos, en la vida real es mucho más difícil.

La Historia De Esa Chica✓ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora