[OS] Love is Blindness. [Ziam]

Part 1.

La noche desprendía un aroma único, la humedad hacía calmar todas mis inquietudes mientras la lluvia arrullaba al amor de mi vida, quien descansaba plenamente en mis brazos y su respiración era tan tranquila que sus suspiros me hacían difícil saber si dormía o no. En uno de los sofás que descansaba fuera, me encontraba deleitándome con los colores de la noche. Liam descansaba su cabeza sobre mis piernas, ocupaba todo el cómodo sillón bajo nosotros, el reloj de mí muñeca revelaba las diez con un minuto, las estrellas habían salido y los pequeños grillos hacían de las suyas frotando sus patas; revelando uno de los sonidos de la naturaleza que más disfrutaba. Llevé mi diestra, la cual descansaba sobre su pecho y subía y bajaba a su ritmo, hasta sus cabellos, eran cortos pero tenían el largo suficiente como para poder acomodarlos a mi merced. Mis orbes se situaban ante ese rostro angelical que apuntaba a ningún lado, muchas veces sentía dolor por lo que le pasaba a él, la vida había sido tan injusta al arrebatarle su visión que me enfadaba con la mía, daría lo que fuese por estar en su lugar, porque él disfrutara siquiera de un día completo con sus ojos en buen estado, que me mirara, que me sonriera por primera vez a mí, no al vacío.

- ¿Zayn?- Llamó mi nombre, justo entonces supe que no dormía.

- ¿Sí, Liam?

-Tengo frío.- La ternura que despedían sus palabras lograban derretirme por dentro. Me quedé admirando su rostro por otros vagos momentos y asentí torpemente.

- Voy por una manta, aguarda aquí, ¿Sí?

Lo acomodé en contra del sofá, mientras él abrazaba a su propio cuerpo, pero antes de irme, cuando me encontraba acomodando los cojines que se perdían bajo su cabeza, su mano intentó localizar la mía hasta que la atrapó.

- No, Zayn, no quiero que te vayas.

-Sólo tardaré unos segundos.

Me partía el alma verle tan temeroso, indefenso, que apreté mis labios tan sólo para que mi voz no se rompiera en mil pedazos y acaricié su mano con mi pulgar. Él sonrió.

- Quédate, no seas bobo y abrázame.

Sonreí tan grande como me fue posible, aunque fuese de noche, él irradiaba luz, era mi toque de esperanza dentro de un túnel sin fondo. Lo ayudé a sentarse, eso mientras yo me colaba en el hueco donde anteriormente estaba, pedí que se quedara en esa posición hasta que le indicara y me deshice de mi chaqueta; la pasé por los hombros ajenos, no quería que contrajera un resfriado, y con uno de mis brazos, le acerqué a mí todo lo que pude.

- Gracias...te quiero. - Sus palabras detonaban una explosión de emociones dentro de mi pecho, cuando estaba con él me volvía a sentir vivo, me sentía amado, me daba a entender que no estaba solo y mientras lo tuviera a él, jamás lo estaría. - Zayn...¿Sigues despierto?

- Sí, Liam, lo siento me quedé pensando...yo también te quiero, pedacito de cielo.

Y fue así como conseguí una de sus más lindas risas. Pasé a buscar su mano sin temor, con el mismo brazo que rodeaba su cuerpo, y lo conseguí. Até nuestros dedos, estaban unidos como si tuviésemos miedo de soltarnos el uno al otro, él apoyó su cabeza en contra de mi hombro, sentía como mi corazón latía muy fuerte, él causaba todo tipo de reacciones en mí.

- Zayn, ¿Cómo soy?

-Ya te lo he dicho, eres muy apuesto.

-Pero...¿podrías describirme?

-Sí, Liam, lo que digas...-Me tomé un tiempo para avistar sus rasgos faciales, los sabía a la perfección, pero nunca me cansaría de mirarlo.-...Tienes unos ojos color caramelo, son hermosos, creo que reflejan toda la dulzura que hay en tu interior, unas cejas bastante pobladas van muy bien con tu tez, tu nariz es un poco ancha pero encaja a la perfección con todo lo demás, tienes pequeños lunares repartidos por todo tu rostro y uno de buen tamaño en el cuello, tus labios son regordetes pero rosados muchas chicas me han confesado querer besarlos, tienes mucho vello facial, pero eso yo lo arreglo cuando comienza a crecer más de la cuenta...ah y tu frente se frunce de una manera muy bonita cuando haces pucheros...-Largué una risita y él me acompañó. Ese gesto era algo de lo que jamás podría cansarme.