Capítulo 5

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«Lo de anoche fue una pesadilla» se repitió mentalmente mientras veía el hilo bajar por su cama y traspasar por debajo de su puerta. Era temprano y hacía frío, no agarró de sorpresa a nadie excepto a Oikawa, que estaba envuelto entre sus sábanas sin ganas de levantarse

No había prendido su celular desde entonces, estaba demasiado cansado como para lidiar con Iwaizumi en ese mismo instante, pero de lo que no se podría salvar es de encontrárselo en clases.

Sobó su rostro con ambas manos animándose a empezar el día y parándose de la cama de la forma más lenta posible arrastró su cuerpo hasta el baño para darse la ducha más larga de su vida antes de salir con una toalla amarrada a la cintura.

Si hoy llegaba tarde, no habría sido ninguna equivocación, eso era lo que buscaba.

Empezaba a sentirse más nervioso cada segundo que seguía con el teléfono apagado, no tenía una buena excusa en mente así que sabía que terminaría improvisando. Agarró su teléfono y lo prendió poniéndolo boca abajo para no leer ni una de las notificaciones que le llegara.

Para dejar de pensar en su teléfono se apresuró en planchar su camisa, pero su uniforme era lo de menos, su pelea diaria era en el baño con su cabello y la secadora.

Unos 15 minutos le tomaba diariamente que su cabello se vea como él quería, perfecto, su novio siempre se molestaba cada que lo hacía esperar y Oikawa no podía ocultar la sonrisa de solo recordarlo.

Una vez fuera del baño agarró su maleta e intuitivamente su celular para desbloquearlo, en el estaban un par de mensajes de iwaizumi, pero el que más le llamó la atención fue la casilla de un número desconocido con mensajes pendientes.

Por la foto de perfil de un cuervo sonrió, porque ya sabia quien era.


>> Espero que sea un número equivocado y no estarte escribiendo a ti realmente.

>>Agéndame, soy Kageyama

¿Qué es esa foto?<<


Sonrió mientras imaginaba la cara de Kageyama al leer el mensaje, haber si eso lo motivaba a cambiarse de foto. Apagó su teléfono y lo guardó en su bolsillo, no esperaba una respuesta rápida pues el mensaje se lo habían enviado a las 6 y no faltaba nada para que sean las 8.

Una vez fuera de su casa se tomó el atrevimiento de caminar hacia su escuela, quedaba lejos y lo único que lo cubría del frío a parte de su chaqueta era su bufanda azul.

Se le cruzó por la cabeza faltar ese día pero sabía que empeoraría las cosas, así que tal como lo había planeado ahora estaba en la puerta de su escuela siendo dirigido al salón de retención por tardanza. Nunca habría podido estar más cómodo, el salón vacío con un par de alumnos y el con los pies estirados sobre la carpeta disfrutando del silencio sepulcral del lugar.

Pero su tranquilidad tenía límite, cuando el timbre resonó por toda la escuela el golpe de la puerta siendo abierta lo hizo bajar los pies en un segundo, pensó que sería algún profesor y estaba listo para ser resondrado, pero no espero ver a Iwaizumi de pie con la mirada fija sobre él como si todo ese tiempo hubiera sabido que estaba ahí.

—Iwa...

—¿Qué haces aquí?—No lo dejó terminar cuando Iwaizumi se acercó en su dirección hasta quedar de pie a su lado.

—Mhm. Pues no estoy aquí por ser un buen deportista. —dijo de forma sarcástica con una sonrisa que solo hizo fruncir más el ceño a su novio.—Ay vamos, solo llegue tarde.—se puso de pie con la intención de irse pero Iwaizumi lo agarró del brazo.

Destinados a ConectarWhere stories live. Discover now