― uno.

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el día que me quieras ― carlos gardel. 


el día que me quieras endulzará sus cuerdas el pájaro cantor,

florecerá la vida, no existirá el dolor.


la noche que me quieras, desde el azul del cielo

las estrellas celosas nos mirarán pasar. 





febrero de 2021.

ciudad autónoma de buenos aires, argentina.




Las noches de verano en Buenos Aires tienen un aroma especial que envuelven al joven actor con una calidez palpable en el aire. Matías vuela. Fumó y tomó hasta el hartazgo. Pensó y sobrepensó lo que vió y lo que no, armó planes, los deshizo, y todo eso en tan solo un par de horas de la noche.

Lo toca Piazzolla y lo dice Goyeneche en Balada para un loco; "las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo ¿viste?" que te termina embriagando hasta achinar los ojos; "¡loco!, cuando anochezca en tu porteña soledad, por la ribera de tu sábana vendré con un poema y un trombón a desvelarte el corazón".

Los dedos de Matías teclean con rapidez un número en la pantalla de su celular. Su vista es borrosa y para nada confiable, pero se sabe ese número de memoria así que confía en que no fallará.

¿Estará loco? ¿Será que algún trago le hizo mal? No tomó más que cerveza. No fumó más de lo que suele fumar. ¿Entonces por qué siente esas incontenibles ganas de confesarle su amor a la novia de su amigo?

El alcohol y la soledad logran sacar su lado impulsivo a flote. Es como si la parsimonia que habita usualmente su cuerpo lo dejara a la deriva por un par de horas, al borde de la indecisión y la locura, con los dedos más rápidos que el cerebro y el celular más a mano que una cama en la cual dormir una siesta.

―Mati. ¿Qué pasó? ―la voz adormilada de Ariana, del otro lado de la línea, le habla en el oído después de dos tonos desalentadores que lo hicieron pensar que no respondería.

Matías apoya la espalda en la pared más cercana que tiene mientras sonríe como un estúpido mientras se desliza hacia abajo, hasta quedar sentado en la vereda de aquella fiesta a la que no quería asistir.

―Hablame, Matías. ¿Estás bien? ¿Querés hablar con Bauti?

El castaño niega con la cabeza como si ella lo pudiera ver.

―Con vos... con vos quiero hablar, Ari.

Del otro lado de la línea, la ojiazul se sienta en la cama y prende el velador mientras se talla los ojos. Suelta un bostezo que le roba una sonrisa a Matías.

―¿Te desperté? ―pregunta ante el silencio de la chica.

―Son las cuatro y media de la mañana, Mati. Lógicamente estaba durmiendo... ¿Vos donde estás? ¿Pasó algo con Bauti?

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⏰ Last updated: Jan 16 ⏰

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un vestido y un amor ; matias recalt.Where stories live. Discover now