Final

410 35 17
                                    

ALFONSO

No habíamos vuelto a saber del imbécil de Dylan, por lo menos no de manera directa. Chris y yo habíamos contratado a un detective privado que le siguiese los pasos para intentar descubrir cuál iba a ser su siguiente paso y Annie hablaba todos los días con los abogados de Eros para ver cómo iba el tema legal.

— ¿Crees que intentará publicar el vídeo de igual manera?

— No tengo idea —me encogí de hombros—. He visto las consecuencias que tiene la denuncia si lo hace y ni yo mismo sería tan tonto como para compartirlo, peeeeeero...

— Ya, no parece muy listo —contestó Chris— ¿Alguna novedad?

Negué con la cabeza.

— ¿Qué tal mi hermana?

— Es raro que me preguntes por ella cuando literalmente vivimos en la misma casa —sonreí de lado.

— Sabes a lo que me refiero. No habla conmigo del tema, y está más callada que de costumbre.

— Supongo que sigue un poco en shock desde que Dylan se atrevió a enfrentarla después de denunciarlo.

— ¿Y si tiene miedo?

— ¿Tu hermana? —negué— Tu hermana es la persona más valiente y decidida que me he cruzado. Simplemente está pensativa.

— Como tú digas —Chris se encogió de hombros—. Bianca pasa a buscarme en un par de minutos, nos vemos mañana.

— Disfruta —asentí, despidiéndome de él guiñando el ojo.

Anahí, en cambio, me esperaba para disfrutar de una manera totalmente distinta. Desde que habíamos vuelto a estar juntos no se separaba de mi casi para nada y, aunque no me voy a quejar, me tenía siempre que podía sin ropa y en su interior.

Entré en la habitación y la vi sonriente en la cama, justo donde quería encontrarla el resto de mi vida.

— Hola, bombón —me saludó, guiñándome el ojo.

— ¿Me estabas esperando?

—Puede —se encogió de hombros, como queriéndole quitar importancia—. Pensé que m
podíamos disfrutar de un tiempo juntos, ¿no?

—Seguro —dije empezando a desnudarme, haciéndola reír.

ANAHÍ

Quizá estuviese usando un poco el cuerpo de mi novio para olvidarme del tema de Dylan, pero no había encontrado una vía de escape mejor y además, me encantaba pasar tiempo con él.

Se había dormido después de hacer el amor un par de veces, todavía desnudo y con el pelo revuelto, como más me gustaba. ¿Cómo podía tener tanta suerte con este hombre? Acaricie su pelo con suavidad y seguí con mi lista de cosas que me gustaban sobre mi novio: Bondadoso, amable, siempre dispuesto a ayudar a los demás... Incluso si su vida dependía de ello como en aquel incendio. Y ya no hablamos de su físico porque, ¡mamma mia!. En cambio Dylan era todo lo contrario y ahora no podía recordar nada que me hubiese gustado de él ni un poco.

Como si pensar en él activase una alarma, mi teléfono sonó con un mensaje nuevo de, sorpresa, Dylan:

«No me daré por vencido. Reúnete conmigo en mi hotel en media hora, tengo un nuevo trato que ofrecerte».

— No vayas —murmuró Poncho sobresaltándome.

— ¿Estabas despierto?

— Me gusta que me mires dormir. Dices cosas muy bonitas cuando piensas que no te escucho.

IrresistibleWhere stories live. Discover now