Capitulo 8 - Feliz Cumpleaños.

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- Entonces eso te preguntó

- Si, ahora no sé que hacer

- Pues llevarla, se lo prometiste

- No es fácil Mariano

- Lo sé, tampoco estoy de acuerdo con que se lo presentes, desde lo que pasó no me llevo bien con él - la abraza de lado - pero se lo acabas de prometer a tu hija

- Tienes razón

- ¿De qué hablan? - se sienta a su lado

- De Valu - responde Mariano

- ¿Qué pasó con mi nieta ahora?

- Quiere conocer a su papá - bufa

- ¿Y que vas a hacer?

- Bueno, las dejo platicar - se levanta y se aleja

- Llevarla - da de hombros - no puedo privarla de ese derecho, los problemas míos y de José Luis son muy apartes

- ¿Cómo piensas que se lo va a tomar Navarrete?

- No sé, cuando decidí sacarlo de mi vida fue porque estaba segura que lo olvidaría, pero cuando me di cuenta que estaba embarazada todo se fue por el caño - suspira - intente muchas veces contactarme con él, pero me dió miedo

- ¿De qué?

- No era un hombre responsable, me dió miedo que lastimara a Valentina con su indecisión

- También tenías miedo de que te lastimara a tí otra vez, ¿No?

- Si - asiente observando de lejos a su hija - tengo miedo de volver a confiar en él y que me vuelva a decepcionar, agregando que ahora también podría lastimar a mi hija y eso me da pavor

- Es su hija, no creo que sea capaz de hacerlo

- Muchas veces metí las manos al fuego por él - se queda pensando - y todas esas veces me decepcionó

- Pero ha cambiado hija - la abraza Yessenia - eso es lo que hemos visto, ahora se ve más paternal

- Espero no precipitarme con esto

- Esperemos que no mi amor - deja un beso en su cabeza



[...]

Último año que Navarrete fue a Italia...


- Papi - palpa su pierna - papi

- Dime, campeón

- Vamos a ver la tienda de jueguetes

- Claro que sí - lo carga






Esa última vez, Navarrete fue con Pablo a Italia pues no le gustaba dejar al peque solo, Lucho estaba por salir de la universidad y siempre se mantenía fuera de casa, con gente de servicio no le gustaba dejarlo, así que se lo llevo.

Estaban en el centro, lugar donde siempre llegaba porque sabía que Altagracia estaba en esa ciudad, jamás había tenido la suerte de encontrarla, hasta ese día.






- Papi, quiero este coche rojo

- Está súper - lo ve - vamos a llevarlo

- Papi, ¿Y este verde? - Ve que no le está prestando atención - Papi, ¿Qué miras?






Se perdió cuando dirigió su vista al pasillo donde estaban los juguetes para niñas, ahí estaba ella, la rubia de ojos verdes, pero ¿Qué hacía ahí?, se respondió solo al ver una niña que supuso tenía la misma edad que su hijo, se iba a acercar cuando de repente vió como se acercó una figura masculina y le rodeó su cintura con su brazo ¿Quién era ese tipo?¿Era su hija?, se quedó pasmado hasta que Pablito lo sacó de sus pensamientos.






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