Verdad

119 6 4
                                    

Au- abrí inmediatamente los ojos al escuchar lo último que dijo, me estremeció hasta la última fibra de mi ser escucharlo pronunciar esas palabras, me estaba pidiendo perdón por besar a una mujer que él pensaba que era otra, estaba cumpliendo lo que siempre me había dicho, que me amaba y que sería la única mujer a la que amaría. Mi cuerpo reaccionó automáticamente, como la vez anterior que me había besado, él me besó y yo me dejé besar, aunque al principio fue un beso tímido por la escena que estábamos grabando, si dejábamos de lado el hecho que eran Inocencia y Aurora besándose y que había muchas personas viéndonos, yo podría haber jurado que éramos solo don Fernando y yo, pero era imposible, él no podía saber que era yo, de pronto escuchamos a Luigi gritando corte y de un solo golpe nos separamos, sin embargo nos quedamos viendo a los ojos por unos segundos, mi corazón estaba latiendo más rápido de lo normal y en su cara vi confusión, me levanté de inmediato, no quería darle tiempo a que reaccionara y salí corriendo a mi camerino, detrás mío vino Carolina – Dios mío, lo besé, besé a don Fernando.

C- ¿cómo te sientes Lety?

L- lo besé Carolina, besé a don Fernando y él me besó a mí, estoy segura que se dio cuenta.

C- no lo creo Lety, yo pienso que a lo mejor ya estás paranoica.

L- no Caro, él lo sabe, ya lo sabe y si no lo sabe tiene las sospechas muy, pero muy altas. Dios mío qué voy a hacer.

C- ¿lo vas a enfrentar? ¿le vas a decir la verdad?

L- si él no me dice nada no, no puedo, no soy capaz, se me cae la cara de vergüenza.

***

F- me quedé en shock de lo que había sentido, era su aliento, eran sus labios, era su aroma, Dios mío ¡es Lety! ¿pero cómo es posible? Es que no puede ser verdad, no puede ser que Lety sea Aurora, ¿o sí? es que sus besos son únicos, solo ella podría haberme besado de esta manera, solo ella podría haberme hecho sentir lo que estoy sintiendo ahorita, necesito verla, necesito hablar con ella, confirmar esta sospecha que me está matando y volviendo loco, porque si no es así estoy en graves problemas, ¿por qué sentí esto si Aurora no es Lety? Yo no me puedo haber enamorado de Aurora, no, eso es imposible. Tengo que salir de esta duda en este preciso instante.

C- Lety, están tocando la puerta ¿quién?

F- soy yo Fernando, Aurora ¿podemos hablar por favor?

Au- deme un momento.

C- ¿lo dejo entrar?

L- no Carolina, espérate. Te lo dije, don Fernando ya sabe, no sé qué voy a hacer.

C- pero te dijo Aurora.

L- sí, pero estoy segura que ya lo sabe.

C- bueno, entonces yo me voy y los dejo que hablen, adiosito. Fernando, pasa, Aurora te va a recibir.

F- gracias Caro.

Au- ¿qué se le ofrece?

F- yo... este... necesito preguntarte, preguntarle algo, es que...

Au- ya hable o vino aquí solo para molestarme.

F- no, es que necesito decirte algo, yo te besé, eras tú la que estaba allí sentada frente a mí, yo te vi.

Au- sí, yo también lo vi, yo estaba ahí.

F- pero no te besé a ti, o sea sí, eras tú Aurora, pero yo sentí que besé a alguien más.

Au- ¿qué? ¿cómo? Pues... ¿a... quién besó? – a este punto mis nervios me estaban ganando la partida y si aún no se había dado cuenta ahora sí lo haría.

Cómplice o verdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora