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Era la tercera vez que se negaba a la propuesta de su amigo de ir a celebrar a un bar en el centro de la ciudad.


Resultaba que el "homenajeado" no era de ir a muchas fiestas aún cuando sus compañeros de la universidad siempre lo invitaban. Aunque esta vez era diferente, o al menos eso decía Kunigami Rensuke, alegando que no hace mucho encontró un lugar "especial" al que había estado frecuentando últimamente.

- Vamos, hay que ir todos juntos. Incluso Nagi accedió a acompañarnos - El mencionado solo levantó la mirada de su videojuego para enseñarle el pulgar a su amigo - Hoy es tu día Isagi - Realmente no lo era. No era su cumpleaños ni se cumplía alguna fecha importante. Lo único diferente en ese día del resto era que se había armado de valor y les había confesado a sus padres su bisexualidad, cosa que llevaba queriendo hacer desde hace ya un tiempo, dos años para ser precisos. Como ambos se lo tomaron bastante bien, aun a pesar de que Isagi casi lloró pensando que sería echado de casa, Kunigami había tenido la brillante idea de celebrar ese acontecimiento.

Y así es como acabaron en esta situación.

Al final no tuvo más remedio que acceder a ir a ese sitio y cuando estuvo frente a las puertas negras con luces de neón, su expresión cambió a una horrorizada.

- ¡Kunigami! ¡Pensé que me traerías a un bar normal! - Señaló el enorme letrero que claramente decía "Gay Bar" con letras de colores.

-Esto es un bar normal - Rió el de cabellos naranja para arrastrar al de ojos azules dentro, quien a su vez tomó del brazo al chico de cabellera blanca que andaba aun distraído en su teléfono.

- Por favor no me abandones Nagi - Le rogó y el mencionado se dejó llevar de ambos chicos dentro del lugar.

El ambiente era intenso. Podía sentirse una oleada de vapor, música estridente y el aroma a cigarrillos que se mezclaba con la esencia de varios perfumes rechinantes al unísono. Isagi sintió un mareo debido a las luces que rebotaban por el lugar. Nagi lo agarró por el hombro mientras veía a Rensuke acercarse a la barra rápidamente, dejándolos atrás a ambos.

- ¿No has venido nunca a este tipo de lugares? - Isagi no pudo escucharlo del todo pero asumió la esencia de esa pregunta. Era evidente que su respuesta era un rotundo no. Solo se limitó a negar con la cabeza. Nagi en cambio no podía creer lo que confesaría a continuación - No está tan mal, al menos disfrutas de la vista.

- Gracias pero eso no me reconforta - La risa nerviosa que brotó de sus labios se desvaneció para dar paso a un jadeo leve de sorpresa - No me digas qué no es tu primera vez aquí - Fue más una afirmación que recibió de respuesta a un peliblanco alejándose y dejándolo solo en pleno pasillo de entrada.

Isagi sacudió su cabeza, meditando si era mejor irse ahora antes de sentir más vergüenza o acabar haciendo el ridículo más entrada la noche, era bien sabido, por él, que no soportaba mucho el alcohol.

La señal que le hicieron sus dos amigos desde la barra, fue la que activó sus pies y lo hizo adentrarse más en el local. Ya no podía escapar aunque quisiera.

Habían pasado apenas dos horas y ya estaba solo en una mesa. No había bebido mucho, intentaba controlarse, necesitaba llegar en condiciones a casa. En cambio Nagi y Kunigami eran otro cuento. Por un lado el peli naranja lo había abandonado en cuanto salió a bailar un chico de cabello rosa casi rojo al escenario. Porque sí, tampoco nadie le había mencionado el hecho de que el show principal eran chicos semidesnudos bailando en pleno escenario.

No era como que a Isagi le desagradara pero tampoco era su estilo. Le era imposible mirar por más de dos minutos sin ponerse rojo y voltear el rostro como si le quemara.

Night dancer || Isabachi OneShot ||Where stories live. Discover now