¿Cápitulo Único?

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Bajo la cálida luminosidad matutina que se filtraba delicadamente a través de las cortinas, Hannibal y Will compartieron un momento de serena calma en la cocina. El perfume del café recién preparado envolvía la estancia mientras Hannibal, con maestría culinaria, perfeccionaba su creación.

Will se acercó silenciosamente a Hannibal, cuyas manos danzaban con destreza entre los ingredientes. Un roce suave entre ambos se convirtió en un gesto íntimo, una conexión que solo años de complicidad podían fraguar. Sin interrumpir su labor, Hannibal giró hacia Will, y en ese instante, el tiempo pareció plegarse a la serenidad de la escena.

Las manos de Will acariciaron con ternura el rostro de Hannibal, revelando un atisbo de vulnerabilidad en la mirada de este último.

- Eres un maestro en la cocina y en mi corazón. - Susurró Will con suavidad, la calidez de sus palabras colisionando con la fría elegancia de la cocina.

Una sonrisa tenue iluminó el rostro usualmente imperturbable de Hannibal. Sus miradas se encontraron en una danza de entendimiento silencioso, una conexión que no necesitaba palabras.

La música clásica, como una sinfonía suave, envolvía la escena romántica mientras Hannibal se inclinaba ligeramente hacia Will, sello de complicidad en un beso delicado pero profundo en significado. El aroma de la comida entrelazaba su danza con el perfume sutil de la intimidad compartida.

La luz dorada del sol ascendente en el cielo, testigo silente, acariciaba la cocina, inmortalizando el fugaz instante de belleza. La música clásica, respetuosa, se desvanecía en el fondo, dejando espacio para la complicidad de la familia.

Abigail, la joven musa de la familia, observaba la escena romántica desde la mesa, sus ojos curiosos capturando la ternura entre sus padres. Era un cuadro intrincado, donde el arte de la cocina y el amor se entrelazaban en una danza armoniosa.

Después del delicioso desayuno gourmet, Abigail compartió emocionada una idea que había visto en un anuncio televisivo.

- ¡Papis, papis! Es el cumpleaños de mi amiga Emily y quiere que vaya a su fiesta en Freddy Fazbear's Pizza. ¡Por favor, por favor!

La explosión de entusiasmo de Abigail resonó en la cocina, contrastando con la sofisticada atmósfera. Will, vibrando con la energía de su hija, expresó su apoyo.

- ¡Claro, cariño! Será divertido.

Hannibal, con su distinguido ceño fruncido, expresó su desaprobación por la elección de la celebración.

- Abigail, sabes cuánto detesto esos lugares. La comida rápida es un insulto a la gastronomía. - Su voz resonó con autoridad, aunque marcada por una clara disconformidad.

Will, con su encanto característico, intentó suavizar la postura de Hannibal con un casto beso.

- Amor, será solo por un día. Y sabes que Abigail se lo merece. Además, ¿quién sabe? Podría ser divertido.

La resistencia de Hannibal cedió ante la persuasión de Will, quien cerró la discusión con un beso en la mejilla de su amado. Abigail, agradecida, compartió su emoción por la próxima aventura familiar.

La danza macabra de las sombras se anticipó cuando la familia Lecter, desafiando su cotidianidad refinada, se encaminó hacia Freddy Fazbear's Pizza. William Afton, oculto tras su fachada respetable, observaba desde las sombras, presagiando los horrores que desataría.

En el auto, la familia avanzaba hacia el destino animado, Abigail llena de entusiasmo y Will disfrutando del viaje. Al llegar, fueron recibidos por un hombre ya un poco mayor, pero que no daba buena espina.

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⏰ Last updated: Jan 23 ⏰

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La caza de Afton | Hannigram Where stories live. Discover now