En un mundo donde todo es aparentemente normal se esconde un secreto que pocos conocen...
Richard Raymos es un joven que vive en un mundo donde la tecnología y la naturaleza se fusionan. Un día, al socorrer a una chica en apuros, descubre que su vid...
Mi sueño era tranquilo, hasta que una voz lo interrumpió.
—Despierta, bello durmiente. Tenemos que hablar. —comentó la voz, con un tono burlón y siniestro.
Abrí los ojos y me encontré en un lugar desconocido. Era un palacio que se alzaba sobre un abismo de tinieblas, y que sus paredes de mármol negro reflejaban las llamas de las velas como si fueran ojos rojos que vigilaban cada movimiento. En el centro, había un trono vacío, rodeado de velas.
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—¿Dónde estoy? —pregunté, confundido y asustado.
—Estás en tu mente, en una parte que han tratado de suprimir. Pero yo no lo he permitido. —La voz provenía de una figura que se acercaba desde las sombras. Era una criatura horrible, una serpiente de escamas negras con tentáculos que se retorcían a su alrededor. Sus ojos eran dos abismos rojos, y su boca una grieta llena de dientes afilados.
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—¿Quién eres tú? —pregunté, aterrado y repugnado.
—Soy tu sombra, tu lado más oscuro y secreto. La compañía que siempre ha estado contigo y te ha hecho capaz de cosas increíbles. Mi nombre es... Athos, y es para mi todo un placer al fin conocerte. —explicó la criatura, con una sonrisa maliciosa.
—No opino lo mismo. Tú, solo eres una bestia horrorosa y manipuladora. —exclamé, con rabia y rencor.
—¿Ah sí? Entonces, ¿Cómo explicas que te hayas enfrentado tu solo a uno de los grandes pecados capitales y lo hayas vuelto trizas? —preguntó la sombra, con ironía y desafío.
—Eso... eso fue culpa tuya . Tú me obligaste a hacerlo. —respondí nervioso reflejando el dolor en mi rostro.
—No me vengas con eso. Tú actuaste por voluntad propia. Yo solo te di un empujoncito. Tú quisiste vengarte de Belphegor por matar a tu hermana. Tú quisiste atacar a tus padres por abandonarte. -afirmó el ser umbrio, con convicción y crueldad-. Asi que todo esto es culpa tuya, no mía.
