Gintoki tropieza con un Dios "delicado"

Cuando despiertas en un lugar desconocido: el más desafortunado asume la culpa

Las hojas se balanceaban lentamente, el viento acariciaba suavemente la piel. El olor que emanaba recordaba al lugar más cómodo que puedas encontrar cuando quieras sentirte solo.

Todo estaba en perfecta armonía. O eso es lo que creía un niño de unos diez años cuando de repente comenzaron a aparecer personas. Su tranquilidad se interrumpió. No quería quedarse en ese lugar pero...¿Tenía opción?

Ahora mismo entró como huerfano a la Aldea Oculta de la Hoja, cualquier problema puede ser usado en su contra. No importa que tan bien se comporte, ser tratado como espía sería...su fin del mundo.

Originalmente estaba feliz cuando una persona se le acercó y le dio: Alguien vendrá a ayudarte.

Pero ahora...quiere acercarse a esa persona y suplicarle lo contrario.

¿Qué hacer?. Quiero llorar.

Una persona comenzó a despertar causando que el niño se sobresaltará y se apresurá a aesconderse en los arbustos. La persona tenía el cabello plateado, soltó un gritó de dolor y se acurrucó en posición fetal. Los ojos del niño se encogieron con horror...lo mejor que podía hacer era avisar sobre la aparición de personas a los ninjas o a quien sea.

"Waa, Shinpachi, Kagura, ¿Están bien?"

Los otros dos cuerpos se sacudieron y se levantaron. La mano del niño tembló. De alguna manera la aparición de estas personas le causaba...una sensación desconocida. Ni siquiera se inmuto cuando descubrió que no tenía memoria y que todo lo trataban mal. Tampoco cuando descubrió que estaba en un manga. Ni cuando supo que algún momento lo usarían como carne de cañón en la guerra.

Quería hablar con ellos

"Waa..Gin-chan, este lugar es...¡Nos hemos vuelto a perder!-aru"

Una niña de cabello naranja con unos moños en la cabeza golpeó un árbol cercano. Al momento siguiente el árbol cayó estrépidamente. El niño abrió los ojos, el árbol estaba a solo unos metros de donde estaba.

Voy...a llorar

"Kagura-chan, cálmate, no es el fin del mundo solo por perderse-"

"¡Shinpachi! ¡No tienes que decirlo! ¿Acaso con tu conocimiento no sabes que decir esas cosas trae justamente eso?". El hombre de cabello plateado se levantó dirigiendo una mirada hacia el árbol donde se escondía el niño.

"Gin-san, solo porque lo digo el mundo no va a acabar"

"Si, Gin-chan, el mundo se acabará cuando muera"

"¿Kagura-chan? ¡Deja de de decir esas cosas!"

La niña miró con escepticismo al chico con lentes que la reprendía con una mueca de molestia. El hombre de cabello plateado fijo sus ojos rojos en unos ojos azules y luego estiró su mano.

El niño no hizo ningún sonido mientras era levantado por el cuello de su kimono y puesto en el centro de las tres personas.

"Gin-san, eso parece un gato...no, ¿Que le hiciste?". Shinpachi miró de arriba a abajo, los ojos llorosos eran suficiente para mirar al hombre de cabello plateado con desaprobación. Kagura se acercó con velocidad al niño y este lo esquivó colocandose detrás del hombre de cabello plateado.

Kagura entrecerró los ojos.

"¿Un gato?. Esa es una manera de decirlo, no le hice nada, solo lo atrapé mirandonos". El hombre de cabello plateado enarcó una ceja al notar como el niño esquivaba los abrazos de Kagura.

"Kagura-chan, no debe querer que lo abraces, detente, lo estás asustando"

"...Ugh". El niño miró a Shinpachi y se acercó a él, lo tomó de la manga y se ocultó detrás de él.