Slytherin

solo una noche

¿Que mierda estoy a punto de hacer?

No tengo la menor idea, me empino la botella de vodka dejando que el liquido me queme la garganta, mientras admiro la puerta que tengo en frente, dentro de ella esta el creador de mis sueños húmedos y mi mayor pecado.

Dejo la botella a un costado de la puerta y con la valentía que me da el alcohol golpeo la madera suavemente, esperando que me abra.

No estoy ebria y eso me hace sentir peor, tome, si, pero no fue suficiente como para justificar lo que estoy a punto de hacer, lo que he deseado hacer desde hace mucho.

Pasan unos cuantos segundos y no escucho nada, estoy a punto de irme cuando de repente se muestra, Tom Riddle y no puede verse mas malditamente comible.

Tiene el cabello desorganizado, el torso descubierto dándome una vista perfecta del abdomen por donde quiero pasar la lengua y unos pantalones blancos que me dan una clara imagen, se le marca a la perfección la verga.

—¿Necesitas algo, pequeña Nott?— su voz aterciopelada y varonil casi me hace suspirar pero logro mantener un poco la compostura.

—¿Puedo pasar? Hace frió— consigo formular una estúpida excusa que parece creer porque se aleja de la puerta dándome paso.

Capto como cierra la puerta y mis sentidos se centran, quiero hacer esto y si no doy el primer paso él jamas lo  va a hacer, ni siquiera estoy segura de gustarle.

—Cuéntame que trae a una chica ebria a mi habitación— se sienta en su cama y saca de uno de sus cajones una caja de cigarrillos, yo no fumo, pero no me molestaría aprender si a él le gusta.

—No estoy ebria.

—Hueles a Vodka.— me sonríe expulsando el humo, esa acción alborota mis hormonas y a las mariposas de mi estomago.

—No tome ni la mitad de la botella— le aclaro, no quiero que piense que estoy ebria.

—No me has respondido que haces aquí— estira las piernas abriéndolas un poco en el proceso dándome la idea de como empezar.

Camino hacia él, me aseguro de quedar parada en medio de sus piernas y él me mira divertido volviendo a expulsar el humo, esta vez, el gas cancerígeno impacta contra mi cara, pero evito la tos.

—¿No lo puedes suponer?— Mis mejillas se calientan, en verdad no se si sea capaz de decirlo o hacerlo, pero ya estoy aquí y quiero esto mas que nada.

—Soy malo para las adivinanzas— Lo sabe, el jodidamente sabe lo quiero, su sonrisa me lo confirma, así que decido dar un siguiente paso.

Poso mis rodillas en el suelo y mi cara queda justo frente a su entrepierna, levanta una ceja y vuelve a llevarse el cigarro a la boca antes de hablar.

—¿Que pretendes, niña?— me toma de la barbilla levantando mi cabeza haciendo que mis esmeraldas choquen contra su océano.

—Quiero una noche contigo— soy clara— Quiero que me folles, que me hagas sentir bien, que apagues las ganas que siento cada que te veo— las palabras salen de mi boca sin que pueda controlarlas y estoy segura que debo parecer un cachorro que busca la atención de su dueño

—No sabia que Malfoy estaba de novio con una perrita desesperada e infiel— Auch, eso sin duda fue un golpe directo a mi moral, retira la mano de mi barbilla y siento que esa es su forma de decirme que no,  estoy a punto de levantarme cuando vuelve a hablar —¿Te apetece mi polla, zorra?

Trago grueso con sus palabras y asiento, una sonrisa victoriosa se expande por sus labios 
—Bueno.... No se que decir, digo, no pareces de las chicas que saben dar una buena mamada.