un amor entre caminantes

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Capitulo 1:

Me fui de mi grupo, eran todos unos viejos verdes y pedófilos.

Me llamo Hannah, tengo 14 años. Antes de que este mundo se fuera a la mismísima mierda, yo, yo tenía una vida, al igual del resto de personas que habitan en el mundo. Vivía en California, en una pequeña pero acogedora casa, con toda mi familia, sin embargo, ahora no tengo nada. De todas formas esa vida se acabó.
Ahora para sobrevivir debo matar, matar a personas con las cuales tenía una linda relación.

En este preciso momento me encuentro en el bosque, ¿Quién sabe?, mi vida podría acabar en cualquier momento, los caminantes arruinaron mi vida, al igual que otras personas.

Un caminante venía por detrás, ya estoy acostumbrada a matar caminantes, agarre el mango de mi cuchillo y lo desliza de su lugar, en un movimiento rápido mi cuchillo derramaba sangre y el caminante en el suelo.

Una horda se escuchaba a lo lejos, los caminantes pueden ser algo inútiles pero cuando se trata de comer, no.
Trote silenciosamente hacia un roble, coloque mi pie cuidadosamente en una rama y me sujete con mi mano en una rama de más arriba, así trepándolo y llegando a una altura considerable para que los caminantes no me vean. Espere unos minutos para que la horda se fuera, lo cual no paso.

La luna se situó en el cielo, haciendo que la noche llegara, y el día acabara pronto.

Mis ojos se empezaron a cerrar, este día, al igual que los otros, sumamente agotador. No tenía razones para bajarme de aquel cómodo árbol, no tenía a donde ir.

****

Abrí mis ojos, la radiante y potente luz del sol me cegó unos minutos, restregué mis ojos. Examine mis alrededores, no había ningún caminante por la zona.

Decidí bajar, me intente colocar de pie en el árbol, al lograrlo salte cayendo de pie en el suelo.

Escuche unos pasos, automáticamente me escondí detrás del árbol. Un chico atractivo, de pelo castaño que llegaba hasta un poco arriba de sus hombros, de tez blanca, que llevaba puesto un sombrero de sheriff, que dejaba ver notoriamente su cabellera, y con una arma en sus manos, paso por unos metros de mí. Percate que un caminante venia por sus espaldas, no lo iba a dejar morir. Tome firmemente mi arco con mis manos, deje mi brazo caer por mi espalda buscando una de mis flechas, la saque y me puse en posición para lanzar la flecha. Le dispare en la cabeza, tantos años de práctica, si dieron frutos.  El chico al parecer sintió el impacto dela flecha en la cabeza del caminante, se acercó.

-Muchas gracias, sin tu ayuda, probablemente sería desayuno de caminante- dijo amablemente. Reímos. Lo mire, lo primero que note eran sus ojos celestes brillosos, que destacaban en su rostro.

-De nada- le sonreí de la misma manera, le estreche la mano, al sentir su tacto, me sonroje levemente.

-¿Tienes grupo?- pregunto curioso. Alzo una ceja.

-Lamentablemente no, ¿Por qué?- le respondí.

-Bueno, tu nos puedes servir, con esa puntería, no será difícil integrarte al grupo, ¿vienes?- me dijo, sonrió gentilmente.

-No me queda de otra- murmure feliz.
Se volvió sobre sus talones girando, lo seguí.
Me llevo hacia una gran cárcel, con varias protecciones, lo cual hacia más seguro este lugar.

-No tardo- dijo alejándose.

Me dejo en la reja de entrada esperando, yo lo veía alejarse, no podía resistirlo, era muy atractivo.

Espere unos minutos. El chico desde lejos hizo señas para que me acercara. Llegué trotando hacia el.

Un señor con aspecto de unos 35 años me estrecho la mano.

-Hola, encantada de estar aquí- dije gustosamente

-Se nota su felicidad- asentí con una sonrisa –Bien, antes de presentarme te hare algunas preguntas, ¿de acuerdo?- asentí nuevamente -¿Has matado caminantes y a gente?- pregunto alzando una de sus cejas.

-Sí y mucha- asentí con mí respuesta.

-Bien, eso era- me dijo –Soy Rick Grimmes, el que te trajo aquí es mi hijo Carl- dijo señalando con su mirada al chico –Los demás están dentro, si te atreves a hacer algo que no perjudice, sufrirá las consecuencias- añadió, a lo que asentí.

-Carl, preséntale a todos, luego búscale una celda, ¿sí?- le dijo Rick a Carl, el asintió.

-Ven- Carl me llamo.

Caminamos hacia la entrada, nos dirigimos al comedor, al parecer todos estaban allí. Levante la barbilla, comencé a olfatear el exquisito olor de la comida.

-Hola chicos, ella es nueva- dijo Carl señalándome, el sonrió, me ruborice -Preséntate- añadió.

-Okey- me acerque a la mesa, todos me miraban fijamente –Me llamo Hannah, llevo sola en el bosque unos 2 meses, y vivía en California- todos sonrieron.

-Nos alegra, qué personas como tú, se nos unan- me estrecho la mano una señora de aspecto humilde, su cabello era corto, no alcanzaba a llegar al lóbulo de su oreja –Disculpa nos presentó, Me llamo Carol y ellas son mis hijas adoptivas Mika y Lizzie, él es Hershel, sus hijas Beth y Maggie con su pareja Glenn, Ella es Michonne, Daryl, Tyresse y Shasha- me los presento cada uno de ellos señalándolos.

-Gracias por presentármelos Carol- ella asintió y volvió a sentarse en su puesto.

-Ven Hannah, sígueme- me dijo Carl, di la vuelta, no dude en seguirlo.

-Nos vemos luego- le dije a todos haciendo una seña con mi mano.

Me llevo a una celda bastante amplia, para mi parecer.

-Entonces aquí dormiré- le dije examinando la celda.

-Sí, si tienes alguna duda estoy al lado, no dudes en preguntar¬- asentí.

-Me caes bien- le dije para simpatizar.

-Tú también, eres simpática y bonita- dijo, haciendo sonrojar.

-Muchas gracias- agradecí.

Sobe mi estómago.

-¿Tienes hambre?- gire, quedando a centímetros de su rostro, me eche hacia atrás, sentí mi rostro volverse de colores.

-Si, muero de hambre- dije desesperada.

-Pues yo te veo viva- dijo. Reímos

Desapareció por el pasillo, al volver un gran tarro de Pudding estaba en sus manos.

-No me gusta- dije arrugando la nariz.

-¿Quién dijo que era para ti?- rio, saco un frasco de Nutella y una cuchara de su espada.

-Muchas gracias, no sabes cuánto la amo- me abalance sobre el rodeando mis brazos en su cuello, el lo mismo pero rodeo mi cintura, quedo helado.

-Ahora lo sé- me abrazo más fuerte.

Narra Carl

Es agradable estar con Hannah, es muy linda, simpática, entre otras cosas más, tardaría meses en decirlo todo. Me gusta, siento ese dolor placido en el pecho, espero que ella esa sienta igual. Ese abrazo por parte de ella fue cálido y amable.

-¿Vamos a buscar provisiones?- le pregunte, ella se encontraba sentada comiendo gustosamente el frasco de Nutella que le traje.

Narra Hannah

-¿Vamos a buscar provisiones?- me pregunto Carl apoyado en la puerta de la celda.

-Claro- le conteste.

-Te espero afuera- dijo, salió de la celda y se alejó por el pasillo bajando por las escaleras.

Cerré el frasco, le quedaba menos de la mitad, hice un puchero. Lo escondí entre el colchón y los fierros del catre.

Salí hacia el pasillo y baje as escaleras.

Afuera me esperaba Carl con una gran sonrisa en su rostro.
Creditos a: @SolarGirl_
Quien me ayudo a editar y fue de gran ayuda siganla
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Un amor entre caminantesWhere stories live. Discover now