Locura y grandeza son dos caras de la misma moneda.
Dicen que cada que un Targaryen nace, los dioses lanzan una moneda al aire y el mundo aguanta la respiración para ver de qué lado caerá.
¿De qué lado cayó la moneda de Rhaelys?
¿La grandeza la p...
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Año 130.d.c. King's Landing
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EL SONIDO DE LAS relucientes armaduras eran motivo para atraer la atención de todos los presentes en aquella sala. Los caballeros de las más nobles y grandes Casas se reunían para dar inició al torneo. El rey Viserys había acordado que tal actividad era la que iba a inaugurar el festín en honor al regreso de su familia.
Tanto lords, plebeyos y damas disfrutaban de ver cómo los caballeros se enfrentan entre sí. Para los espectadores era diversión, mientras que para los caballeros era el inicio de ganarse una buena reputación.
La princesa Rhaelys hizo acto de presencia mientras caminaba por el palco real, ganándose las miradas de los valientes caballeros que hacen fila para ganarse el favor de la princesa, pero ella ya había fijado sus violetas ojos en uno en específico. Cuando ambas miradas se cruzaron, Rhaelys rompió el contacto visual ocultando la sombra de una sonrisa de lado que se asoma por las comisuras de sus labios.
Subió pequeños escalones para ir a saludar a sus abuelos Velaryon. El matrimonio sonrió feliz al ver a su nieta.
—Abuelos —expresa con alegría.
—Rhaelys, querida princesa nuestra.
Lord Corlys tomó en sus manos grandes la cabeza de Rhaelys y plantó un beso en su frente. La princesa Rhaenys la abrazó casi al punto de asfixiarla.
—Cada día tu belleza es más. Deberías guardar un poco para las futuras generaciones —comenta la princesa Rhaenys.
—Estoy convencido que durante siglos no habrá mujer más hermosa en todo Westeros que tú —agrega lord Corlys.
—Y yo estoy convencida que no habrán mejores abuelos durante muchas generaciones que los míos —responde dulcemente a los halagos.
—¿Dónde están tus hermanos? Quiero saludar a mis queridos nietos —pregunta Rhaenys.
Tal vez muchos creerían que el matrimonio Velaryon rechazan a los príncipes de la princesa Rhaenyra por ser “bastardos”, o a los padres de estos por la repentina muerte de su querido hijo Laenor. Si bien, al principio la princesa Rhaenys rechazaba a los pequeños, pero con el tiempo les tomó un gran aprecio. Y estaban convencidos de que a su pobre hijo lo mató su amante, y que su nuera Rhaenyra con su tío Daemon no tenían nada que ver.
