¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Iara se encontraba sacándose fotos en el espejo de la pieza de Mica, la cual estaba terminando de maquillarse. Las dos habían acordado salir con unos amigos, iban a ir a un boliche que quedaba en el centro de la ciudad.
Mica se había terminado de arreglar y le dieron ganas de ir al baño, le dijo a Iara a dónde iría y salió por la puerta dejando está abierta.
Mientras Iara seguía sacándose fotos por el reflejo del espejo lo vio a Enzo parado en la puerta observándola.
Iara al principio se sobresaltó pero después giró a hablarle.
-¡ay! me asustaste Enzo- Dijo la chica con una mano en el pecho- ¿qué hacés ahí?- Pregunto ahora la rubia.
-¿salen?- Preguntó el chico sin más.
-si, salimos con Mica, ¿por qué?- Preguntó ahora Iara.
-¿con ese vestido tan corto?- Respondió.
-¿Qué?- Cuestionó la chica sorprendida.
El vestido que portaba Iara era de color negro, tenía un escote bastante pronunciado y le llegaba un poco mas a arriba de la mitad del muslo, un poco fruncido a los costados y era descubierto en la espalda. Para Iara no estaba tan corto.
-que si ese vestido no está muy corto Iara, eso pregunté- Contestó el pelinegro seriamente.
A todo esto Iara se preguntaba donde corno esta su amiga.
-no está tan corto, además, que te importa a vos- Contradijo Iara cruzando los brazos.
Enzo sin más la miro de de pies a cabeza y se fue. La chica estaba más que confundida, ¿que fue eso?
(...)
Ya en el boliche con sus amigos habían empezado a tomar. Iara no sabia bien por que, pero tenía un pesar que la incitaba a tomar y tomar.
Eran como las cuatro de la mañana cuando la rubia ya no sabía donde estaba parada, se había dado un beso con un chico y este no la dejaba de seguir a todos lados.
Había perdido de vista a Mica y sus amigos, no sabía cómo hacer para volverse ya que habían ido en el auto de un amigo de ella.
Comenzó a dar vuelta por el boliche, sin mencionar que su cabeza también daba vueltas, quería irse, quería dormir. Ya ese ambiente se le hacía incómodo, tipos mirándola como un león a un pedazo de carne, el otro chico siguiéndola a todos lados y no encontraba a su amiga.
Empezaba a sentirse más mareada de lo normal, miraba para todos lados buscando una cara conocida hasta que sintió que unas manos se apoyaban en sus hombros y la daba vuelta.