Capítulo uno.

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¿Qué eran los piratas?

Criminales que navegaban en barcos y se dedicaban a atacar otras embarcaciones para saquear todo aquéllo de valor que tuvieran, no solo eso porque también robaban en pequeños pueblos costeros.

Robar era lo de menos, porque los piratas por algo eran criminales asquerosos que eran buscados por la realeza y que sus cabezas incluso tenían precio, ellos también secuestraban gente de gran estatus para pedir recompensas que a veces terminaban en asesinatos al no obtener lo que querían.

Y también estaba aquél comercio ilegal que manejaban. Secuestraban hombres, mujeres, niños y los intercambiaban por oro con otros piratas de forma totalmente ilegal, los esclavos vivían vidas miserables, tenían que hacer todo lo que se les exigía sin protestar porque sino estarían muertos.

Cuándo alguien habla de piratas hay un nombre que resalta entre todos, quizás por todos sus crimines cometidos y porque su cabeza es la que más precio tiene. Choi Yeonjun.

Nadie sabe de su pasado, ni en que momento comenzó a adentrarse en la piratería, solo saben que es fuerte, inteligente y muy cruel.

Además de causar varios destrozos en barcos de la realeza Yeonjun se ha metido en más de una ocasión con la familia real, por no decir que ha secuestrado a gente de valor para pedir grandes recompensas, y no por nada muchos hablan de su fuerza y sus sobresalientes habilidades de combate, ya que en muchas ocasiones ha tenido que batallar con tropas de la realeza y estás terminaron muy gravemente heridas gracias a él y a sus camaradas.

Incluso entre las diferentes tripulaciones de piratas lo evitan porque se dice que es un despiadado que no siente compasión por absolutamente nadie, que hasta incluso su propia tripulación le teme.

— ¿Entonces por qué iremos contra él? –pregunta repentinamente Beomgyu interrumpiendo aquél relato que su capitán Kim Soobin le estaba contando.

La tripulación Kim, liderada por Kim Soobin con su mano derecha Huening Kai, junto a su títere, Beomgyu. Solo Beomgyu porque el castaño no poseía ningún apellido.

Su tripulación no es nueva pero eso no significa que todos sus camaradas sean extremadamente buenos en el enfrentamiento y combate, quizás el mejor arma que tiene Soobin por el momento además de a sí mismo es Beomgyu.

Beomgyu no es muy fuerte pero sus habilidades batallando son superiores. Sabe manejar bien las armas, además de que es ágil tiene una muy buena resistencia física, piensa con rapidez por lo cual puede generar estrategias en medio del combate, y sumado a todo eso Beomgyu no tiene miedo a salir lastimado.

Es quién siempre pelea en las batallas junto a Soobin, quién suele cuidar las espaldas de todos al ser el más ágil, quién socorre a sus camaradas si es que han quedado atrapados en el barco rival cuando están haciendo una retirada.

Beomgyu sabe que es una de las mejores armas en esa tripulación, y también sabe que los demás no son tan fuertes, es por ello que no entiende porque irían a abordar el barco de Choi Yeonjun si es que tienen todas las de perder. Tanto Soobin como Beomgyu lo saben, es un riesgo muy grande, el castaño no entiende porque harían algo en lo que son conscientes que las posibilidades de ganar son casi nulas y que solo terminaran perjudicados.

Una sonrisa se extiende en los labios de Soobin mientras se acerca a Beomgyu tomando su menton con una mano.

— Iremos y les ganaremos porque ellos no te tienen a ti –finalmente responde a su pregunta robandole un beso.

Y esas palabras parecen ser suficientes para que Beomgyu confíe en Soobin y se llene de determinación, porqué si hay alguien que nunca le mentiría es él.

Soobin fue quién lo salvó cuando su vida era el mismísimo infierno donde solo estaba condenado a sufrir. Aún recuerda el hambre que debilitaba su cuerpo y como a esos grandes tipos les parecía divertido golpearlo sin razón.

Beomgyu había sido parte de la trata de esclavos pero no como un comerciante sino como un producto.

Nunca supo de dónde provenía y mucho menos sabía si Beomgyu era su verdadero nombre.

Había vivido en un infierno, escuchando a muchos llorar y gritar entre lamentos al ser secuestrados. Él solo era un pequeño niño asustado que no entendía que estaba sucediendo. Ellos lo golpeaban y tocaban su pequeño cuerpo ocasionando mucho asco y temor al pequeño castaño.

Fue Soobin quién lo salvó. El recuerdo se ha vuelto difuso con el pasar de los años pero lo que Beomgyu nunca pudo olvidar fue aquél sentimiento que lo llenó cuando los brazos de Soobin lo rodearon en un abrazo protector, porque nunca nadie lo había abrazado.

Soobin lo llevó a su barco alejandolo de aquéllos tipos malos que lo querían vender. Tuvo paciencia con el pequeño niño asustadizo que era Beomgyu en ese entonces, no lo golpeó como los demás, él lo cuidó, lo alimentó y lo abrazó en las noches en las que Beomgyu lloraba entre pesadillas al pensar que había caído de nuevo en las manos de los malos.

Dejó que Beomgyu perdiera el miedo a su tiempo y luego lo ayudó, lo ayudó a volverse más fuerte para no volverle a temer a nadie. Le repitió en cada momento lo orgulloso que estaba de él.

Y lo supo amar. Supo amar a alguien que pensaba que estaba muy roto como para ser amado. Soobin lo besó con delicadeza a través de los años, tocó su cuerpo con suavidad alejando aquéllos malos recuerdos que persistían en dañarlo.

Por eso Beomgyu siempre confiaría en Soobin. Aún cuándo no sabía cuáles eran sus raíces, aún cuando no sabía su apellido, aún cuando no recordaba aquél día en el que fue salvado.

Aún cuando Soobin a veces se comportaba extraño.

Beomgyu confiaría en él, porque Soobin confiaba en Beomgyu, y porque lo amaba.

Aún cuando una pequeña partecita de él siempre se mantenía con la guardia alta cuando se trataba de Soobin.

Pirates » YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora