Capitulo 2

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-       Creo que exageraste un poquito

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- Creo que exageraste un poquito. Dice Irin colgada de mi brazo con una gran sonrisa en su rostro. Pero puedo oler el miedo que aún tiene.

- Si sabes como soy para que me invitas. Respondo de mal humor mientras me cruzo de brazos. - agradece que no le partí un brazo o los dos.

- Eres irremediable Achara Sangre.

Odiaba cuando decían mi nombre completo y en este momento estaba de verdad de mal humor.

- Todos los "No humanos" sin importar su raza son iguales y se vuelven más animales cuando llega esta época del año. Aseguro en voz alta sin importar que los demás a mí alrededor me escuchen.

Tilin, Tilin de nuevo ese sonido. Miro por encima de mi hombro. Escucho unos pasos acercándose.

- ¡Princesa! ¿Porque te fuiste tan rápido? Aun me debes la tintorería, esta mancha no saldrá sola.

- Achara... Susurra Irin mientras busca taparse con mi cuerpo de la mirada lasciva de ese hombre.

- Que es ese olor tan asqueroso. Digo con cara de asco mientras me tapo la nariz y la boca con una de mis manos dándome la vuelta para observar quien me habla.

- Tsh la reglas cambian en época de celo, así que por que no arreglamos esto como se debe.

No sabía quién era este hombre pero por sus rasgos lobunos y las garras de sus manos supuse que era un Nawal.

Me puse en posición defensiva lista para recibir sus golpes, las personas que hasta ese momento solo observaban la escena desde lejos se acercaron encerrando al hombre, a mi amiga y a mi en un círculo.

¡Pelea!, ¡Pelea! Los clamores del público no se hicieron esperar.

Logro esquivar el primer golpe de su garra que va dirigido directamente a mi cara moviéndome hacia un lado, acto seguido escucho un quejido.

- ¡Mierda! Musito entre dientes. Se me ha olvido por completo que Irin estaba a mis espaldas. Ella termina recibiendo parte del golpe el cual la lanza al suelo haciendo sangrar sus manos y la parte de sus piernas que no cubre su falda corta de satín.

- Maldita perra... deja de huir. El hombre voltea su cabeza para mirarme mientras se limpia una gota de sudor de su frente y se prepara para dar el próximo golpe.

No era la primera vez que me encontraba en esta situación. Quiero mucho a mi amiga pero salir con ella y más en estas épocas del año es un dolor en el culo, No la culpo es muy hermosa su piel pálida como la porcelana, 1.60 de estatura y un sentido de la moda exquisito hace que cualquiera se "enamore" de ella y por algún motivo todos creen que es mi pareja y por ende en esta época deben pelear con migo para ver si consiguen la oportunidad de que ella los elija. Al fin y al acabo estamos en época de apareamiento.

Cuando estoy a punto de esquivar nuevamente otro de los golpes siento que no me puedo mover... "que está pasando" pienso, comienzo a desesperarme, intento decir algo pero tampoco sale nada de mi boca, estoy completamente paralizada y lo único que piensa mi mente es en el olor a sangre. El golpe logra acertar en mi cara absorbiéndolo en su totalidad mi pómulo derecho tirándome al suelo.

Estoy en el piso, escucho los gritos a mí alrededor como algo distante. Mi garganta se siente seca, no puedo pensar con claridad, mi sangre dejo de fluir en mi cuerpo, tengo frio, escucho el sonido de una marcha de guerra en mis oídos y solo pienso en que quiero matar a ese maldito.

- Mi señora...

- ¿Qué estás haciendo?, Baek. El olor y la voz que lo acompaña me hace volver por un momento a la escena frente a mí.

El tipo que antes estaba listo para matarme a golpes ahora está de rodillas con la cabeza gacha y las palmas de sus manos sobre sus muslos. Parece un cachorro que lo descubrieron haciendo algo malo.

Gala Nawal está diagonal a mí a unos cuantos pasos. Gala se agacha y pone una correa alrededor del cuello del hombre. Parece que la habían despertado ya que va vestida con un pantalón deportivo y una sudadera holgada color vainilla, con el pelo suelto, una gorra negra, sin una gota de maquillaje.

Cuando vi el grillete metálico alrededor del cuello del hombre supe que me había metido en un gran lio. No existe mayor humillación para un Nawal que ser tratado como una mascota, pero, tampoco podía borrar de mi rostro la sonrisa de satisfacción que me producía ver a ese patán de esa forma tan humillante.

Veo a Gala acercándose a mí. Cuando la tengo unos cuantos centímetros en frente, esta se agacha para estar a mi altura en el suelo, una de sus manos toma mi barbilla para revisar mejor mi rostro. Oigo de nuevo el tintineo de una campanilla que me ha seguido parte de la noche. Veo los labios de Gala moverse diciéndome algo pero no logro escuchar. Mi vista se oscurece.

Top secret: GenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora