Te amo. Te odio

70 9 3
                                    

Hana miraba aterrado a todo lados. Su amigo había desaparecido tras esas percudidas sabanas y llevaba una hora sin saber de él.  En ese momento una pareja ya mayor llegó corriendo a la clínica, una de las mujeres gritaba llamando a un muchacho, fue cuando una de las enfermeras corrió la cortina y se pudo ver el cuerpo sin vida de una jovencito. Sus madres rompieron el llanto al verlo allí,  con apenas quince o dieciséis años sin vida, todo por un procedimiento médico de dudosa calidad.

- Porqué lo hiciste, mi amor. Nosotras te hubiesemos apoyar siempre  -

En ese momento el terror se apoderó de Hana, quien salió corriendo del lugar. Sabía que él jamás lograría convencer a Zero, pero quizás ese hombre sí. Lleno de temor llegó el pequeño rubio al hotel. Kaname lo reconoció en cuanto lo vio y con un mal  presentimiento lo tomó con firmeza de los hombros.

- ¡¿Dónde está?! - le gritó Kaname

- En una clínica, él... ayudelo. Por favor -

En cosa de minutos Kaname estaba en la horrenda clínica. Zero estaba sobre una camilla con sus piernas sobre unos estribos, desnudo de la cintura para abajo, sangraba copiosamente y estaba a punto de perder la conciencia por la pérdida de sangre.

Kaname lo cubrió con una de esas sucias sabanas, lo cargó en sus brazos y lo subió al automóvil, donde un conductor y Hana lo esperaban. Llegaron al hotel y ya le estaba esperando el mejor doctor de Hanoi.

Tras una exhaustiva revisión del médico y de controlar la hemorragia, el hombre confirmó que el aborto se había llevado a cabo con éxito, pero que él cuerpo del muchacho prácticamente no lo había soportado, por lo que estaba en extremo delicado, que no moriría, pero era difícil garantizar que en un futuro pudiera volver a concebir. Hana lloró ante la noticia, pero a pesar de haber derramado sus lágrimas la noticia no fue más dolorosa que para Kaname, que había peleado por casarse con Zero y formar su familia con él. 

Tres días de fuertes fiebres fueron un verdadero infierno para el hombre de cabellos castaños, ver a quien tanto amaba, sufrir y delirar era algo desesperante, sobre todo, porque no podía hacer nada más que sostener su mano y suplicar por su recuperación.

Al cuarto día la fiebre comenzó a bajar. Kaname se veía agotadisimo, bajo sus ojos habían dos inmensas bolsas oscuras, pero aún así no se movió del lado del joven. Para el quinto día Zero recobraba la conciencia y ya no quedaba rastro de la fiebre. Lo primero que vio fue a Kaname a su lado, el hombre le tenía tomada una de sus manos entre las de él.

- Gracias a dios que despertaste - suspira Kaname sin poder contener sus lágrimas, por un lado estaba feliz de que Zero despertará, pero por otra parte no sabía si estaba molesto o triste por lo que el joven había hecho.

- ¿Por qué estoy aquí? - pregunta Zero

- El aborto fue algo muy peligroso para tu salud, estuviste muy grave, pero ahora ya estás fuera de todo peligro - responde Kaname

El joven no fue capaz de sostenerlo la mirada, dio vuelta su cabeza al lado opuesto de donde estaba el joven. Kaname suspiró y retomó la palabra.

- No entiendo porque no esperaste a mi regreso -

- ¿Para qué? Esto no tiene nada que ver conmigo -

- ¿Qué dices? Era nuestros hijo -

- No era nuestro. No era mío, yo no puedo tener un bebé  -

- Zero, pequeño. Si tenías miedo de que te dejará solo, quiero que sepas que no es así. Yo viaje a China para romper con mi compromiso. No me casare con Takuma, no me importa mi familia o los ancestros, mi padre de desheredó, pero no importa trabajaré duro para que nada te falte. Ya veras que todo esto pronto será solo un doloroso recuerdo, pero prometo llenarte de dulces recuerdos de ahora en adelante -

Zero se sentó con dificultad en la cama, aún su cuerpo dolía mucho, pero tenía que aclararle las cosas.

- ¿Te hubieses casado conmigo? - pregunta Zero - Me habrías convertido en tu esposo, para que yo pudiera criar a ese y los demás hijos que me engendraras -

- Por supuesto. Me habría hecho responsable -

- ¿Y alguna vez me preguntaste si quería casarme contigo? - Kaname lo miró extrañado - Porqué yo no quiero eso, nunca he querido casarme ni contigo, ni con nadie. Me gustaba pasar el rato contigo,  pero nada más. No ataré mi vida a nadie y menos a una persona que no amo -

El rostro de Kaname se endureció al escuchar tales palabras, Zero nunca le habia dicho que lo amaba, al contrario siempre le dijo que solo le gustaba lo que le pudiera dar, nada más.

- Sí nunca me amaste ¿Por qué permanecías a mi lado? -

- Por qué tenías dinero, pero ahora que tu padre te ha desheredado, ya no me interesas. Ya no podrás darme lo que yo merezco. Así que vuelve a China y pídele perdón arrastrate ante tu familia y ancestros. Dile a ese chico estúpido que te perdone y cásate, con él y ten muchos hijos junto a él -

- No hablas en serio. Seguramente es una de tus bromas crueles. Tú eres así -

- ¿Acaso me ves reír?

- Zero, yo te amo. Eres lo más importante de mi vida -

- Pero yo te odio. Me querías encadenar a ti y a esa cosa que pusiste dentro de mí. No sabes el asco que sentí cuando lo supe -

Kaname se puso de pie y Zero sintió pánico de que el hombre lo lastimara.

- Esta bien. No insistiré más, ahora entiendo muchas cosas de ti. No volveré a declarar mi amor, no a alguien que no siente nada más que odio por mí, pero aunque me odies yo no lo haré. Deseo que seas feliz, hoy y siempre -

Kaname abandonó la habitación y Zero sintió su pecho frío muy frío.

Tres días después Zero volvía a la escuela, esta vez solamente el chófer de Kaname lo acompaño.

Fin

El amanteUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum