Juan odia a los osos y uno de los nuevos integrantes del pueblo es un híbrido oso. La tarea difícil del hechicero es superar su pasado y llevarse bien con Spreen.
➨ ambientado en Tortillaland2.
➨ shippeo entre cubitos.
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La sala de reuniones estaba impregnada de una tensa anticipación cuando Juan ingresó, su mirada buscaba respuestas entre sus amigos. La inquietud estaba presente, pero la preocupación de este era menos evidente, manifestándose en una expresión de incertidumbre más que de angustia.
— ¿Alguno tiene alguna pista de dónde podría estar Ari? — preguntó cuando toda la sala estaba en silencio.
Imantado, entre el grupo, recordó un detalle clave.
— La última vez que la vi fue cuando me dijo que iba a visitar a Auron. Él la llamó por teléfono.
Todas las miradas se volvieron hacia Auron, quien, a pesar de su expresión tranquila, dejaba una una sombra de extraña en sus ojos.
— Auron, ¿Viste a Ari? — preguntó una vez más el mago.
— No, no la he visto desde que hablamos.
Imantado no estaba dispuesto a dejarlo pasar y, con una expresión más aguda, preguntó:
— Vamos, Auron, ¿estás seguro de que no sabes nada más?
— No sé más. Lo siento. — dijo manteniendo su postura.
La frustración comenzó a apoderarse del grupo, y la tensión aumentó con la insistencia de Imantado. Realmente aquella reunión no daba frutos del paradero de Ari.
Fue entonces cuando Focus rompió el silencio.
— Hey Juan, ¿de dónde vienes? Te veo como si trajeras alguna novedad — sonrió pícaro.
El sonrojo se apoderó de las mejillas del castaño, quien sonrió avergonzado.
— Bueno, estaba dando una vuelta por el pueblo — comentó nervioso.
— ¿Una vuelta, dices? ¿O estabas con alguien en particular, tal vez?
La pregunta de Focus provocó risas entre los demás, incluida una sonrisa cómplice de Juan.
— Chicos, no estamos aquí para escuchar el romance del mago. Volvamos al tema principal, ¿entendido?
La sala volvió a sumirse en un breve silencio, hasta que Zorman, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, habló con una expresión curiosamente sincera que llenó la habitación con susurros.
— Me olvidé mencionar que mi hija, Ari, estuvo en casa. Pero al día siguiente, ya no estaba. La vi irse con un chico desconocido, como si fueran más que amigos.
Los ojos de Juan reflejaban una mezcla de confusión y miedo.
— ¿Y si le pasó algo? Debemos buscarla — propuso, levantándose de su sitio e irse al medio del círculo.
— Seguro está bien, Juan. No te preocupes tanto — dijo Axozer.
Juan, sin escucharlo, persistió.
— Podría haberle pasado algo. Necesitamos encontrarla si o si.
Imantado, con un tono de desdén, intervino, añadiendo una mueca de desagrado.
— Deja a Ari en paz, Juan. Tal vez está con ese chico para olvidarte.
Las palabras de Imantado resonaron en la sala, creando un silencio de afirmación, mientras todos procesaban la insinuación que más bien podría estar en lo cierto. Juan, sorprendido, se quedó sin nada más que decir, incapaz de articular una respuesta.
La mitad de los reunidos comenzaron a darle la razón a Imantado, tirándole todo al pobre mago y justificando tales actos de la chica, que con más razón se empezara distanciar de todos, especialmente del quien le rompió el corazón
— Escuchad, amigos, necesitamos mantener la calma y pensar en esto con claridad. Juan, entiendo que estás preocupado, pero también debemos considerar que Ari puede estar bien — dijo Axozer, tratando de calmar la situación,
La sugerencia de Axoxer no tuvo el efecto deseado, ya que Juan, aún aturdido por las insinuaciones de Imantado, no podía dejar de preocuparse por el bienestar de Ari, su mejor amiga.
— ¿Saben que? Váyanse a la chingada, no puedo dejarlo así. Necesitamos por lo menos encontrarla y asegurarnos de que esté bien, si ustedes son tan amigos de ella, mínimo, demuestrenlo ¿no?
・・・
En la casa de Zorman, Auron permanecía cómodamente sentado en uno de los sillones, observando con atención los acontecimientos que se desarrollaban a su alrededor. La conversación con su querido amigo de pelo morado, revelaba una tranquilidad superficial, pero en la mirada de Auron se reflejaba la construcción de un plan que se había gestado durante un largo período.
Con una expresión calmada, intentó tranquilizar la preocupación en el rostro de Zorman.
— No te inquietes, Zorman. Ari regresará pronto, lo sabes.
Zorman, dejando atrás la preocupación por un momento, asintió con una sonrisa.
— Tienes razón, Auron — miró a los alrededores, cerrando ventanas y cortinas — Ahora, ¿qué sigue en nuestro plan?
El mencionado se levantó del sillón con una confianza palpable y se acercó a un cuadro colgado en la pared. La fotografía capturaba a todos los integrantes de Tortillaland del año pasado, una imagen que desencadenó una serie de pensamientos reflexivos en este.
Sus ojos se posaron en una figura específica mientras hablaba con una determinación disfrazada de confianza.
— Después de tanto tiempo y esfuerzo, finalmente conseguiré lo que más deseo.
Este plan había estado gestándose en la penumbra durante un año, y aunque debió ajustarse a último momento debido a la reciente relación entre Juan y el híbrido, no mostraba signos de desconcierto. Conocedor de secretos gracias a las confidencias de Zorman, tuvo que adaptar sus estrategias, pero sus objetivos permanecían intactos.
Zorman observaba la fotografía con nostalgia
— Sí, ha sido un camino largo. Pero, ¿cómo ajustaremos nuestro plan con lo de Ari y Juan?
— Eso es muy fácil. Ari está donde debe estar, y Juan... bueno, digamos que tiene otros asuntos que ocupan su atención por ahora — siguió con su mirada entre los cuadros que se presentaban, sintiendose así atraído por el último que se encontraba.
— Entiendo. Entonces, ¿cuál es el siguiente paso de nuestro plan? — Zorman sonreía sutilmente.
— Nuestro siguiente movimiento es fundamental. Debemos crear una distracción que desvíe la atención de Juan y los demás mientras avanzamos con nuestra estrategia.
— ¿Y cómo planeas hacer eso? — preguntó intrigado.
Auron con una sonrisa astuta dijo.
— Dentro de dos meses hay un evento importante en Tortillaland que se celebran todos los años — explicó — Será el momento perfecto para que las cosas tomen un giro inesperado — tomó la fotografía — En ese evento llegará alguien que desbaratará toda esa felicidad.
— Necesitaré más que nada tu ayuda para asegurarnos de que todo salga según lo planeado — terminó de hablar, mirándolo a los ojos, esperando una reacción esperada del chico.
