DADDY ISSUES » K. TAEHYUNG

03. TAEHYUNG

      —Jimin, creo que no es buena idea el que estemos aquí —le dije a mi amigo tras echar un vistazo hacia las personas qué al igual que nosotros, hacían fila para entrar al club nocturno. Cuando acepté la invitación creí que sería diferente pero ahora tenía la impresión de que al menos a más de la mitad le doblábamos la edad y eso me hacía sentir un poco ridículo.

      Jimin rápidamente entendió cuando giró y me miró, pero de todas formas quiso preguntar:—¿Por qué dices eso?

      Incliné disimuladamente la cabeza y señalé con la mirada a la gente ubicada detrás de nosotros.

      —Solo míralos. La mayoría no pasa de los veinticinco. ¿No te hace pensar que estamos muy mayores para un sitio como éste?

      A mi amigo se le escapó una risa fácil mientras peinaba los mechones rubios que le caían sobre la frente, luego me tomó de los hombros para masajearlos.

      —Entiendo que todo el tiempo intentes mantener una imagen de hombre maduro, y créeme que lo haces muy bien. Pero te recuerdo que tienes treinta y seis años, no sesenta. Qué ahora mismo estás en la calle, no en el trabajo y que puedes venir a lugares como éste a bailar hasta que amanezca sin que nadie te juzgue.

      Respiré profundo porque a pesar de las palabras de Jimin, la sensación de incomodidad no desapareció, todavía tenía ganas no estar aquí y una excusa bajo la manga que siempre funcionaba. Entonces decidí aplicarla.

      —¿Y si Yeonjun me necesita? Lo dejé solo —dije.

      —Yeonjun es un muchacho de diecinueve y siempre ha sido más independiente de lo que crees. No pasará nada, además estoy seguro de que si necesita algo te llamará.

      —Pero...

      —Ya —interrumpió, señalándome con el dedo
índice como advertencia—. Taehyung, sé lo que intentas hacer.

      —¿Qué es lo que intento hacer? —pregunté,
fingiendo no haber sido descubierto.

      —Poner excusas. Es viernes, somos hombres, estamos solteros. Solo te estoy invitando a divertirnos como lo hacíamos antes.

      Bien, lo tenía que admitir, mi excusa ya no funcionaba ahora que hijo era mayor.

      Eché otro vistazo alrededor, tomándome un momento para pensarlo mejor. Todo mundo estaba en lo suyo y quizás Jimin tenía razón. A nadie le importaba la edad que tuviéramos, ni donde estuviéramos y aunque ya no acostumbraba a frecuentar lugares así, que más daba, podía darme una oportunidad.

      Asentí,cediendo finalmente.

      —De acuerdo, pasémosla bien como antes.

      —¡Eso!

℘

      —Whisky, por favor —le pedí al hombre de la barra cuando nos acercamos.

      —Para mí una cerveza —dijo Jimin después de mí mientras tomaba asiento en el taburete de a lado.

      El hombre extendió la mano con mi bebida y sujeté el vaso cargado del líquido ámbar para percibir antes su aroma, noté la suavidad al instante y cuando saboreé mi trago, salieron a la superficie ligeras notas de vainilla, frutos secos y un toque herbal que me pareció delicioso.

      Bebí otro trago, mirando hacia la pista en donde las personas se pegaban para bailar unas con otras, moviendo las caderas o los brazos al ritmo de la música que golpeaba en diferentes direcciones y de soslayo vi a mi mejor amigo haciendo lo mismo.