4. Avión.

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Finalmente llegó el tan ansiado viernes a la noche casi madrugada, día en el que realizarían el primer viaje a Barcelona, España, con 13 horas de vuelo. Lugar donde comenzarían sus entrenamientos y rodajes en la parte del fuselaje, un trabajo maravilloso que habían logrado conocer hacía tan solo unos días con sus camerinos, ninguno tenía idea de cómo iban a ser transportados hasta la larga distancia, pero era lo que menos importaba.

Faltaban tan solo media hora para poder abordar el vuelo y Dennisse apenas iba ingresando al aeropuerto hasta los asientos que estaban cerca del pasillo de su avión. Al llegar pudo reconocer a Juani y Matías, así que se acercó a saludarlos.

-Hola chicos -. Sonrió ella.

-Hola Denni, ¿Qué onda, andas emocionada o media nerviosa? -. Le devolvieron el saludo y el primero preguntó.

-Me da un poquito de nervios el tema del avión, pero luego de eso todo bien -.

Su conversación siguió hasta ser interrumpidos por suspiros fuertes de chicas y un aroma que gritaba hombre.  La fragancia no era ni demasiado floral, pero tampoco dulce, emanaba un olor a "frescor" y mentolada. Era obvio de quién se trataba.

-Bue tan muertas iban a estar por el otro -. Comentó Juani, a lo cual Dennisse se vio obligada a darse vuelta y poder tener un contexto de lo que realmente estaba pasando. Pudo observar bien la escena cuando vio al hombre vestido todo de negro, pero cuando es todo; es que verdaderamente era todo, (camisa, pantalón, zapatillas, lentes de sol e incluso valija,) mientras que atrás de él se veía el camino de chicas que había dejado con la boca abierta, para luego dejar la valija a una de las secretarías designadas a llevarlas a la cinta de la bodega.

-Preguntale a esta -. Dijo Matías, recibiendo una mirada bien abierta de parte de Dennisse, que al escucharlo se dio vuelta a la velocidad de la luz.

-Apa, Denni, ¿Nos querés contar algo? -. Preguntó nuevamente el ojiazul.

-No pasó nada, solo la coincidencia de vivir en el mismo edificio, solo eso -. Ambos chicos se tiraron miradas cómplices.

Nuevamente el aroma se sintió y cada vez más fuerte, él se acercaba. Pero para su suerte, saludó al grupo de rubiecitos de al lado y se quedó hablando con ellos. Algo que ella no quería confesar era que realmente tenía mucha vergüenza de lo que había hecho, así que rogaba de que si llegaban a hablar, él no sacara ese tema.

-Ay, yo quería que viniera para ver tú reacción. No que hablara con Kuku y Fran -. Refunfuñó Juani

- Me hartaron, me voy a comprar algo por ahí y despejarme de ustedes -. Dijo la chica para luego empezar a caminar por los enormes pasillos del aeropuerto.

Justo en el momento en que ella ya se había alejado una distancia considerable, se acercó el protagonista de su anterior conversación.

-Buen día -. Saludó él alargando la última vocal.

-Hola Enzo -. Dijeron los otros dos para luego juntar sus manos y abrazarse, obviamente con las típicas palmadas en la espalda. 

-Vi que estaba Denni recién con ustedes, ¿Dónde está? -. Preguntó con un cierto interés, a lo cual Juani no pudo contener una sonrisa.

-Denni, se fue a comprar unas boludeces por ahí, creo que podrías ir a buscarla, en unos minutos ya tenemos que abordar -.  Contestó Mati, marcando el nombre de ella debido al apodo que utilizó.

Enzo no entendió porque Juan al escuchar eso sonrió más, pero decidió instintivamente hacerle caso y fue a buscarla, no sin antes agradecerles.

En su camino, la chica divisó a lo lejos la famosa tienda de accesorios y boludeces femeninas, así que obviamente se dirigió hacía el local. Al entrar, fue a la parte de los aritos y empezó a cargar todos los paquetitos que estaban en 2x1 en su canastito, para luego poder acercarse a la caja y poder pagar sus 8 aritos, que terminaría pagando 4.

Labios Carmesíes || Enzo VogrincicDove le storie prendono vita. Scoprilo ora