TREINTA Y DOS

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Tras llevar dos semanas dándole los hipnóticos a Jin, Namjoon disminuyó las dosis y poco a poco empezó a remplazarlos por los psicóticos que seguían en el contenedor de las pastillas

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Tras llevar dos semanas dándole los hipnóticos a Jin, Namjoon disminuyó las dosis y poco a poco empezó a remplazarlos por los psicóticos que seguían en el contenedor de las pastillas. Esta vez consistían en unas píldoras rosas y de gran tamaño. En cada dosis le daba dos al menor. Las partía a la mitad para que fueran más fáciles de tragar, decidió hacer eso desde el momento en el que Jin se negó a tragarlas por su tamaño. 

Reemplazar los hipnóticos por los nuevos psicóticos mantenía a Jin más despierto, aun dormía mucho pero no como en las primeras semanas. Y definitivamente se empezaban a ver los resultados de los que Jungkook hablaba. Con cada día que pasaba el menor parecía estar mucho más dócil, manejable y accesible. Casi no hablaba, a menos de que se lo pidieran, pero solo era cuestión de motivarle poco a poco a que hablara más seguido y con más libertad. Namjoon quería que el menor estuviera bajo su control, pero tampoco quería que se volviera una especie de robot que solo recibiera ordenes. 

Ayudaba a Jin con el baño todas las veces; eso era algo que le gustaba, que el rubio tuviera que buscarlo para tomar un baño. También le gustaba que Jin le pidiera quedarse con él hasta que terminara de comer. Eran avances que quería lograr, y los estaba cumpliendo en muy poco tiempo, incluso antes de lo esperado. 

Se encontraban ambos en el baño, Jin metido en la bañera, con el agua llegándole un poco más arriba del pecho, y Namjoon ayudándolo un poco con lo que necesitara. 

Para Namjoon era gratificante ser testigo de lo bien que se alimentaba SeokJin, y que aun cuando no se estaba ejercitando, se podía apreciar lo bonito que se tornaba su cuerpo. Se podía notar con solo verlo sin ropa que había aumentado unos kilitos desde que se lo había llevado. Kilitos que le habían sentado muy bien, porque siempre era como un placer para los ojos de Namjoon ver cada que podía los notables y bonitos cambios en el cuerpo de Jin.

Su mirada se la llevaron los pezones sonrojados que se entreveían a través del agua jabonosa de la bañera, y le fue inevitable recordar lo bien que se había sentido estar dentro de Jin. Se había estado conteniendo por el estado en el que Jin se encontraba, no quería que que se alterara al estar fuertemente medicado, pero ahora Jin se encontraba más despierto y menos consternado, no tendría porqué contenerse en ese momento. 

Se percató de que Jin lo miraba fijamente, solo como él sabía hacerlo; por un momento se transportó al principio de todo, cuando lo vio por primera vez, vestido con aquella bonita jardinera, luego viajó a la cabaña, cuando Jin estaba tan asustado que solo lloraba, después cuando asesinó a la pelirroja que se quiso pasar de lista con Jin, recordó cómo los ojos de Jin empezaron a verlo de forma diferente desde ese entonces, y por último la primera vez que Jin estuvo desnudo en su cama; los ojos de Jin siendo los protagonistas en cada uno de esos gloriosos momentos.

Cuando volvió de nuevo en sí no dudó en atacar los labios del rubio, al principio Jin se notó un poco tenso, y más aun cuando sintió la mano derecha del moreno trazar un camino desde su pecho hasta hasta los confines de la poca experiencia de su cuerpo. Se vio obligado a separar sus labios de los del moreno para no reprimir un gemido cuando sintió el tacto del mayor entre sus piernas; sin embargo, sus labios fueron atacados de nuevo por un beso exigente lleno de deseo y ansias. 

Caja De Cristal   |Namjin|Where stories live. Discover now