2. La madre de John.

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1958.

Volvemos un poco atrás, antes de que Ringo apareciese.

John estaba sentado en la cama de Paul mientras tocaba la guitarra, y Paul escribía. Habían quedado, ya llevaban bastante tiempo siendo amigos y se habían demostrado que podían confiar el uno el otro, como aquella vez que a John se le habían perdido las llaves en la calle y se quedaron hasta las tantas buscándolas, o cuando tuvieron discusiones con otros muchachos, demostraron que estaban el uno para el otro. Los demás no habían podido ir al ensayo, al menos por la mañana, por la tarde habían quedado en la casa de John, porque al padre de McCartney no le hacía mucha gracia que ensayasen ahí.
-Bueno, ¿terminas ya de escribir o qué? Tengo curiosidad por saber que has escrito.- dijo John mientras miraba a Paul.
-¿Te esperas? No se me ocurre nada a parte de esto.- replicó Paul mientras se rascaba la cabeza con una mano.

Entonces John se levantó, cogió la hoja que Paul estaba escribiendo y volvió a sentarse en la cama. La estuvo mirando un rato, sosteniéndola con una mano, mientras que con la otra mano se cogía la barbilla con dos dedos.
Emitió un sonido que era como una especie de "mmm" y acto seguido miró a Paul.
-No está mal.- opinó Lennon.- Ven- añadió mientras le hacía señas con la mano de que se sentase a su lado.
-¿Puedo añadir algunas cosas?- preguntó John mientras miraba a Paul.
-Claro.

Estuvieron toda esa mañana componiendo, porque juntos lo hacían genial, se sincronizaban muy bien y lo hacían con facilidad. Acabaron de componer esa canción y comenzaron a charlar.
-Pues no trabajas mal, McCartney. Me gusta.- comentó John con la hoja en la mano.
-Esta podríamos cantarla juntos-respondió Paul.
-Por mi genial. Podemos hacer una cosa, y es que cuando alguno del grupo componga una canción, la cante él, y si la componemos los dos, pues la cantamos los dos.- sugirió John.
-Es una buena idea.- aceptó Paul.
Se miraron un rato a la cara los dos, hasta que Lennon interrumpió el silencio.
-¿Qué pasa?
-Tienes una nariz peculiar, parece una flecha.- respondió Paul mientras tocaba la nariz de John con un dedo.
-Ah, ya... oye que ya nos tenemos que ir a mi casa a ensayar con los demás.- Cambió de tema John, avergonzado.
-Ah, si... vámonos pues.

Se dirigían hacia la casa hasta que llegaron a un paso de cebra, cuando iban a pasar, un coche de policía pasó a toda prisa, casi les atropella.
-¡Pero bueno!¡Cuidado con como conduces, idiota!- le gritó Paul al coche.
-Es inútil... es el policía, que a veces le da por emborracharse, y encima le dejan coger el coche, cualquier día tenemos una desgracia. -dijo John decepcionado.
-Pues vaya, a ver si se controla un poquito. -respondió Paul.

Estuvieron esperando a los demás cuando llegaron, se dirigieron a la casa de Lennon, donde les recibió Mimi.
-Mira tía, estos son los otros miembros del grupo, Paul, George, Peter, que ya le conoces, y otro Peter. -Dijo mientras les iba señalando.
-Ah, encantada chicos.- dijo. Acto seguido se acercó lentamente a John y le susurró:
-¿Qué pasa? ¿Estos chicos no tienen un lugar donde ensayar que tienen que venir aquí?
-Disculpe, ya se lo he dicho muchas veces, cuando he venido otros días y he escuchado ese tipo de comentarios, he de decirle que nosotros no somos de clase baja, si es lo que insinúa.- respondió Paul un poco molesto.
-No iba por ti, Paul. -Contestó Mimi.
-Bueno, yo a las 22:00 me tengo que ir.- dijo George, tratando de cambiar de tema.
-No te preocupes. Nosotros te acompañamos.- dijo Peter.

Se pusieron a ensayar hasta que llegaron las 22:00 y se marcharon todos, excepto Paul, que se quedó a dormir en casa de John para componer, con la condición de no tocar la guitarra y así no hacer ruido para no molestar a los vecinos. Ya tenían más confianza puesto a que se conocían desde hace un año.
Entonces, Mimi les preparó la cena y cuando terminaron, fueron al cuarto a componer.
Al terminar de componer, se tumbaron en la cama de John, puesto a que no habían previsto que les faltaría otra, ya que supuestamente había una cama extensible que ya no estaba en su sitio, y tampoco podían molestar a Mimi que ya estaba durmiendo seguro. Tampoco era plan de que Paul durmiera en el suelo, y la cama de John era grande, así que antes de dormir, comenzaron a charlar.
-Mi tía últimamente está muy pesada porque me echaron de la escuela de arte y no sabe que voy a hacer con mi vida, ya verá cuando triunfe.- comentó John.
-¿Y por qué te echaron?- preguntó Paul con curiosidad.
-Pues... me senté en el regazo de una modelo... que estaba desnuda... y ridiculizaba a los profesores... y también interrumpía las clases... bueno, cosillas.- respondió John.
-Joder. Si que te lo pasabas bien ¿eh?- dijo Paul.
-Bueno...
-Hace frío, en pleno julio. ¿no tienes unas sábanas o algo?-preguntó Paul incrédulo.
-Pues no.
-Tío...- dijo mientras se daba la vuelta, dándole la espalda a John. Entonces, John, que también tenía frío, le abrazó por detrás, ocultando su cara en la espalda de Paul.
-¿Qué haces?- preguntó Paul sorprendido y ruborizado.
-Tengo frío, pero si quieres me quito.- respondió John.
-Nah... ¿hay confianza, no? O sea, somos amigos y eso...-preguntó Paul nervioso.
-Sí.

Después se durmieron. Aproximadamente a las 4 de la mañana se despertaron por un ruido. Su tía llamando a la puerta. Se despertaron asustados y se separaron rápidamente. John fue a abrir la puerta y se encontró a su tía con lágrimas en los ojos, y después, le abrazó.
-¿Qué pasa?- preguntó John sorprendido, asustado y preocupado.
-Julia...- respondió ella.
-¿Quién es Julia?- preguntó Paul sorprendido.
-Mi madre, ¿Qué pasa con ella?¡Mimi!- volvió a preguntar John, cada vez más preocupado. -Ese maldito oficial de policía borracho, asqueroso, ¡le tenían que quitar la placa como él le ha quitado la vida a mi hermana! ¡Maldito sea!- respondió Mimi entre sollozos y abrazando cada vez más fuerte a John.
-¿Qué?- dijo John, cada vez más pálido.
-¡La ha atropellado!- exclamó Mimi.- y ahora está muerta...
John se quedó de piedra. Paul recordó que ese señor casi les atropella esa misma mañana, ¿se pasaba todo el día borracho?
-John... lo siento...- susurró Paul mientras miraba hacia el suelo.
-Voy a hacer unas llamadas chicos...- dijo Mimi abandonando la habitación, cabizbaja, con los ojos rojos de tanto llorar.
-Paul... no puede ser cierto... dime que no...- dijo John con lágrimas en los ojos, que quería contener.
-Oh... John... entonces... ya somos dos huérfanos por parte de madre...- dijo Paul, que en realidad no sabía que decir.
John continuó en el sitio, callado e intentando no llorar. Entonces Paul le abrazó, siendo el abrazo correspondido por John.
-¿Sabes? Mi madre también murió. Hace tres años, de una enfermedad, y lo único que pude decir es "¿qué hacemos con su dinero?" Y no porque no me importase, sino porque este tipo de cosas me dejan muy mal, en shock, la muerte de mis seres queridos es peor que un veneno, porque lo sufres sin poder hacer nada. Pero me tienes aquí para estar contigo, apoyarte y animarte, en las buenas y en las malas.- dijo Paul, tratando de animar a John.
-Paul, ¿y si yo me muriese algún día, qué harías?- preguntó John levantando la cabeza del hombro de Paul, mirándole con los ojos llenos de lágrimas.
Paul, al escuchar eso, palideció. No quería ni pensarlo. Lo pasaba muy mal con la muerte de seres queridos, y John... simplemente en un año ya le había cogido muchísimo cariño.
-No digas tonterías John... te quedan muchos años... no hagas que me preocupe por esas cosas...- dijo Paul tratando de no pensar en algo así.
-¡Paul!¡Tú no te mueras!- exclamó Lennon, animándose un poco.
-Tranquilo, yo me voy a quedar aquí molestándote.- dijo a la vez que le abrazaba con fuerza.
-Gracias, Paul.

Oh! Darling [McLennon]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant